lunes, 22 de diciembre de 2008

El Nobel del papiloma humano y la corrupción inducida de un laboratorio

Algo olía a podrido y no era en Dinamarca precisamente sino cerca, en Suecia. En el año del comienzo de la vacunación masiva de niñas con la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), el Premio Nobel de Medicina recayó en Harald zur Hausen. Ahora se publica que el jurado que se lo concedió incluía a dos personas relacionadas con el laboratorio sueco-británico AstraZeneca, Bo Angelin y Bertil Fredholm. Estos días se publica sobre que Fredholm, actual presidente del Comité Nobel de Medicina, era un consultor pagado para AstraZeneca en 2006 y que Angelin es miembro del Consejo de AstraZeneca y por ello su voto a favor del ganador resulta sospechoso. El premio le fue concedido a Harald zur Hausen por sus trabajos en el descubrimiento de que el virus del papiloma humano es el causante del cáncer de cuello de útero. AstraZeneca es la dueña desde 2007 de la empresa MedImmune, a su vez dueña de la técnica para obtener las partículas que han servido para fabricar las dos primeras vacunas contra el VPH.



AstraZeneca esponsoriza desde hace tiempo dos empresas de la Fundación Nobel, Nobel Media y Nobel Web. Michael Sholman, director ejecutivo de la Fundación Nobel, declaró a la revista Scientific American que las relaciones entre estos científicos y la compañía eran conocidas y que no se había considerado que existiese conflicto de intereses porque las relaciones de AstraZeneca se limitaban a la patente de una técnica utiliza en la fabricación de diferentes vacunas.
Sin duda, la elección de este Nobel de Medicina ha sido un gran evento promocional del que han salido ganando los productores de la
controvertida vacuna cuyos nombres comerciales son Gardasil, de Merck (en USA) y Sanofi Pasteur Merck (en Europa), y Cervarix del laboratorio GlaxoSmithKline (GSK), que pagan a MedImmune los correspondientes derechos de patente. Harald zur Hausen ha contribuido a la causa del marketing del miedo de los laboratorios beneficiados por la aplicación de la vacuna. “Las críticas al premio Nobel del virus VPH han venido de sus declaraciones, absurdas y fuera de lugar, a favor de la vacunación mundial con las vacunas actuales. Ha demostrado estar fuera de onda y de rigor científico y, por ello, en Alemania han tenido la disputa cuando un grupo de médicos se ha manifestado en contra de la vacunación”, me comenta un médico de familia.
Ahora, la institución que premia a los investigadores es investigada por la división anticorrupción de la Policía sueca. No es la única investigación que está realizándose relacionada con AstraZeneca pues
la Dirección General de Competencia de la Unión Europea está investigando a la compañía, a la que acusa de estar bloqueando la entrada en el mercado de medicamentos genéricos -más baratos que los de patente-, elevando las facturas de los contribuyentes y reduciendo los incentivos para la innovación. Los trabajos de la citada institución comenzaron hace un año y hace unas semanas se han conocido los primeros resultados que reafirman la línea de corrupción de la competencia por parte de los laboratorios en la que trabaja el organismo europeo por lo que el proceso continúa. Es de destacar que ya en 2005 AztraZeneca fue multada por Competencia exactamente por lo mismo, retrasar el acceso al mercado de genéricos de su medicamento Losec.
En el breve periodo que va de 2000 a 2003, casi la totalidad de las grandes compañías farmacéuticas pasaron por los tribunales de EE.UU., acusadas de prácticas fraudulentas. Ocho de dichas empresas fueron condenadas a pagar más de 2,2 billones de dólaresde multa. En cuatro de estos casos las farmacéuticas implicadas reconocieron su responsabilidad por actuaciones criminales que pusieron en peligro la salud y la vida de miles de personas. Una de ellas era AstraZeneca, como narra en su
libro Los crímenes de las grandes farmacéuticas una monja, Teresa Forcades.
La Fiscalía de Suecia también investiga por un posible delito de soborno los viajes a China de miembros del jurado de los Nobel pagados por las autoridades del país asiático. Se da la circunstancia, seguramente sólo sea casualidad, que AstraZeneca está realizando importantes inversiones en China.
La compañía farmacéutica se ha visto envuelta en los últimos años en numerosos escándalos de corrupción, tráfico de influencias, lobby y prácticas irregulares que nos hacen preguntarnos: ¿cómo puede una compañía así, con la falta de ética que exhibe, estar en el jurado de un premio supuestamente tan prestigioso como el Nobel de Medicina? Francamente creo que esto devalúa a los Nobel.
Por apuntar un último caso, no menos importante. El Grupo de Blanqueo de Capitales de la Jefatura Superior de Policía desmanteló hace unos meses una trama de facturas falsas, en la que presuntamente estaban implicados un laboratorio farmacéutico y un empleado de una empresa de informática de Zaragoza (España). Según las pesquisas policiales, el primero compraba ordenadores, impresoras y material informático para obsequiar a algunos médicos, con el ánimo de captar el interés de estos por sus productos. Operaciones no permitidas por el código deontológico que rige la industria farmacéutica.
Una trama de sobornos a médicos para que receten los productos del laboratorio, vaya. ¿Adivinan cual es la compañía denunciada? Las pistas pueden encontrarse en un foro de internet creado por empleados de AstraZeneca afectados por despido. Primero lean bien la información del Heraldo de Aragón y luego los comentarios de los empleados del laboratorio. Uno de ellos indica: “No sólo problemas entre compañeros, sino un proceso judicial abierto, al parecer por instancias del fiscal por pagos a médicos con facturas falsas de asistencia a cursos, que en el juzgado entienden que es una práctica de al parecer unas 25 personas, todas por casualidad siguiendo el mismo método, por lo que entiende que existe responsabilidad de algún jefe superior, y si embargo la empresa parece decir que es una decisión personal y además al parecer, se presenta como acusación particuar contra los delegados”.
El caso está en manos del Juzgado de Guardia de Zaragoza, sin noticias de momento. Seguiremos informando.

Miguel Jara

viernes, 19 de diciembre de 2008

Los premios Nobel, bajo sospecha

El País.-

Dos de los miembros del jurado tienen fuertes vínculos con una farmacéutica beneficiada por el galardón de Medicina de este año.

La integridad del jurado que concede los premios Nobel está en tela de juicio tras la revelación de que dos de sus miembros están estrechamente vinculados al consejo de dirección de una empresa farmacéutica beneficiada por el galardón de Medicina 2008.
La fiscalía sueca investiga si el gigante farmacéutico británico AstraZeneca ejerció alguna influencia en la concesión del último Nobel de Medicina a Harald zur Hausen, informa hoy el diario The Times. El científico fue recompensado por su descubrimiento del virus del papiloma humano causante del cáncer cervical y contra el cual AstraZeneca ha desarrollado dos vacunas muy lucrativas.
Dos personas que ejercieron un papel en el proceso de elección de Zur Hausen tienen fuertes vínculos con esa compañía farmacéutica, que ha comenzado además a patrocinar el portal de Internet del Nobel. Según la radio sueca, Bertil Fredholm, presidente del comité de cinco personas que estudia a los candidatos al premio, trabajó como asesor para AstraZeneca en 2006. Por su parte, Bo Angelin, miembro del comité de 50 personas que vota al ganador, forma parte actualmente del consejo de dirección de la farmacéutica. El año pasado, AstraZeneca compró una compañía que había desarrollado un componente clave para la producción de dos vacunas contra el virus del papiloma humano.
Ayer, la fiscalía sueca abrió otra investigación sobre un supuesto caso de soborno a miembros de varios comités Nobel que aceptaron viajes con todos los gastos pagados por parte de las autoridades chinas. Se trata de dos viajes realizados por cinco representantes de los comités -uno hace dos años y otro en enero pasado- a China, en los que el objetivo era informar de cómo se realiza el proceso para designar a los ganadores en las distintas categorías de los galardones. El Gobierno chino se hizo cargo en ambos casos de los gastos de viaje, alojamiento y manutención.

jueves, 4 de diciembre de 2008

Beneficios de andar en bicicleta


¿Montas en bici por placer, por estar en forma, por hacer amigos, por tener unas piernas bonitas...? Entonces une a todas estas una razón más: te presentamos un estudio concluyente que demuestra los beneficios para la salud de esta actividad. Si no has probado todavía a pedalear en serio... ¡engánchate a los pedales!


DOS RUEDAS QUE DAN VIDA


"Los que montan en bicicleta con regularidad ahorran en visitas al médico", como nos dice el Dr. Proböse, presidente del Centro de Salud de la Universidad Alemana del Deporte. "Muchas personas que sufren molestias típicas como el dolor de espalda, tienen sobrepeso o adquieren enfermedades cardiovasculares, podrían gozar de muchos años de buena salud si se decidieran a usar más la bicicleta". Y una gran noticia para los que piensan que "ya están mayores": aunque no se empiece a hacer ejercicio regularmente hasta una edad avanzada los resultados siempre son palpables.


¿QUE HACE LA BICICLETA POR NUESTRA SALUD?


Monta en bicicleta de forma regular y tu riesgo de infarto se reducirá tanto como un 50%. Con el ejercicio del pedaleo el ritmo cardiaco máximo aumenta y la presión arterial disminuye: el corazón trabaja economizando.
Vas a reducir tu colesterol LDL (el "malo"), con lo que tus vasos tendrán muchas menos posibilidades de calcificarse, y a la vez aumentará tu HDL o colesterol "bueno". Los vasos sanguíneos se conservan flexibles y saludables cuando tus piernas se mueven cada día.
Para la máxima eficiencia del ejercicio te recomendamos que hagas un trabajo de intervalos, con cambios de ritmo frecuentes. Es el tipo de entrenamiento que más rápido te hace mejorar.
Calienta a ritmo suave, con una cadencia de pedaleo alta, alcanza tu ritmo de rodaje y luego intercala, cada 15 minutos, aumentos de intensidad de 3 a 4 minutos de duración en los que tu respiración se agite considerablemente (80 al 85% de tus pulsaciones máximas).
Cuando se adopta la postura óptima en el sillín, con el torso ligeramente inclinado adelante, la musculatura de la espalda está bajo tensión y se ve obligada a estabilizar el tronco.
Muchos dolores de espalda provienen de la inactividad, que hace que se reduzca la nutrición de los discos intervertebrales y de esta forma van perdiendo su capacidad de amortiguar los impactos.
La falta de ejercicio además hace que la musculatura de la espalda se vaya atrofiando, con lo que disminuye escandalosamente su función de "muelle". Los movimientos regulares de las piernas fortalecen la zona lumbar y previenen la aparición de hernias discales, al mantener la columna protegida de vibraciones y golpes.
Además el ciclismo estimula los pequeños músculos de las vértebras dorsales, al hacer que constantemente se compriman y extiendan con el pedaleo, músculos que cuesta mucho hacer trabajar con cualquier otro deporte.
Compensa con algunos ejercicios abdominales, como los encogimientos con las piernas flexionadas cada vez que pedalees y tendrás en la bicicleta una de las actividades ideales para los que sufren de dolor de espalda.
A diferencia de las actividades en las que hay golpeo, como los saltos o la carrera a pie, con la bicicleta las rodillas funcionan protegidas, ya que del 70 al 80% del peso de tu cuerpo gravita sobre el sillón.
Es la mejor alternativa a la carrera, con beneficios físicos muy similares, pues en la bici ni las articulaciones ni los cartílagos soportan cargas elevadas.
Cuando las articulaciones se movilizan con poca presión los nutrientes pueden llegar a ellas con facilidad, y las sustancias beneficiosas se difunden en ellos fácilmente.
Evita usar desarrollos muy duros si quieres conservar sanas tus rodillas. Intenta que tu cadencia de pedaleo no baje de las 70 rpm en ningún momento. Cuenta una vuelta cada vez que el pedal de un lado pase por el mismo sitio.
Cada vez que montas en bicicleta estás dándole un impulso a la potencia de tu sistema inmunológico. Las células "comebacterias" del cuerpo, los fagocitos, se movilizan de forma inmediata gracias al pedaleo para aniquilar bacterias y células cancerígenas. Esta es la razón por la que a los enfermos de cáncer y SIDA se les recomienda ir en bicicleta.
El Dr. Froböse destaca cómo la bicicleta es buena "para las personas que sufren algún proceso canceroso. Es como si las células que se encargan de la defensa del cuerpo, que estaban dormidas, despertaran mediante el pedaleo de un prolongado letargo".
Los esfuerzos moderados refuerzan tu sistema inmune, mientras que los de intensidad máxima lo debilitan. Si estás expuesto a factores de riesgo (frío, personas ya infectadas cerca, estrés, poco sueño...) no hagas trabajos muy intensos y espera a equilibrarte para poder llevarlos a cabo.
El cerebro se oxigena más y te permite pensar con más facilidad. Tu cuerpo segrega hormonas que te hacen sentir mejor y que pueden hasta llegar a ser adictivas, una sana adicción en todo caso.
Está comprobado que los que montan en bicicleta regularmente sufren menos enfermedades psicológicas y depresiones. Pedalear es uno de los mejores antidepresivos naturales que existen.
Las endorfinas, también llamadas hormonas de la felicidad, se generan con el ejercicio físico, de forma más notable cuando permaneces más de una hora sobre la bicicleta, así que ya sabes: ponte la alarma para que suene en una hora y no pares de pedalear hasta entonces, pero si quieres sentirte bien evita sobrepasar tus límites porque conseguirás el efecto contrario.
Según el Dr. Froböse, los beneficios de la bicicleta empiezan a apreciarse con los primeros 20 minutos de pedaleo. Sin embargo, lo ideal, según este mismo médico, es encontrar al menos tres huecos por semana para pedalear de 45 a 60 minutos, o "monta tan a menudo como puedas". Cuanto más tiempo dedicas a la bicicleta más ventajas vas acumulando.

Este artículo es un extracto del informe "Salud y Bicicleta", del Centro de Salud de la Universidad Alemana del Deporte, elaborado para la empresa fabricante de sillines Selle Royal. Tienes más información del estudio en http://www.cyclingandhealth.com/

lunes, 24 de noviembre de 2008

"Si eres el propietario de las semillas, como Monsanto, la alimentación del mundo está en tus manos"

El Mundo.-
Acaba de publicarse en España la traducción al castellano de 'El mundo según Monsanto' (Ed. Península), el último trabajo de Marie Monique Robin, periodista independiente de 48 años, con tres hijas que adora y 25 años de trayectoria en el periodismo de investigación a sus espaldas. El libro se centra en la actividad que desempeña la multinacional Monsanto en todo el mundo.
El volumen es el fruto del trabajo de tres años viajando por los cinco continentes, en los que resulta casi imposible no toparse con dos de los elementos que controla la multinacional: las semillas (tiene patentadas el 90% de las existentes) y el Rondup, el insecticida más utilizado del mundo, cuyas consecuencias tóxicas no se conocen.



Posee una extensa carrera como periodista de investigación caracterizada por el compromiso. ¿Siempre tuvo clara esta línea de trabajo?

MARIE MONIQUE ROBIN Escogí esta profesión porque con la información el público conoce y puede tomar decisiones. Por otra parte, hay dos temas que me han preocupado siempre mucho por mi origen familiar, ya que soy hija de campesinos y de una familia cristiana muy comprometida con la cuestión de los derechos humanos. Por ello, he trabajado sobre dos ejes: el de la agricultura, biodiversidad y medio ambiente, y los derechos humanos. El caso de Monsanto cubre los dos temas.

¿Cómo surge la idea de hacer este documental y el libro?

Llegó de manera casual. Hice tres documentales para la cadena francoalemana Arte sobre la biodiversidad, amenazada por las prácticas agroindustriales y su uso de fertilizantes, pesticidas y las plantas de alto rendimiento. Entonces, me topé con el tema de las patentes. Viajaba por todo el mundo y me encontraba siempre con Monsanto, que en aquellos años ya contaba con más de 600 patentes de plantas. En el documental cuento la historia de un granjero americano que se fue a México y conoció unos frijoles amarillos que no había visto nunca, compró un paquete de semillas y los sembró en Colorado. Los patentó en Washington y los campesinos mexicanos, que habían sembrado y cultivado este producto toda su vida, no podían ya hacerlo sin pagar a ese hombre.

Pero ¿se pueden pedir derechos sobre formas de cultivo tradicionales?

Hasta principios de los años 80 no se podían patentar organismos vivos, y la ley de 1951 así lo dice. Pero a finales de esa década un ingeniero que trabajaba para la General Electric manipuló una bacteria que se suponía que servía para descontaminar terrenos y pidió una patente a la oficina de Washington, que se la denegó. Acudió al Tribunal Supremo, que se la concedió bajo la famosa frase 'todo lo que esté bajo el sol y haya sido tocado por la mano del hombre puede ser patentado'. Eso abrió la puerta a la privatización de lo vivo y los OGM (organismos genéticamente manipulados).

¿Las consecuencias?

Si se acepta que se patenten las semillas transgénicas, las consecuencias son dramáticas, pues los agricultores no pueden conservar una parte de la cosecha para sembrarla al año siguiente. Deben comprarlas cada año. Esto significa que los transgénicos en las manos de Monsanto son un medio para apoderarse de la semilla, que es el primer eslabón de la cadena alimenticia. Si eres el propietario de las semillas, eres el propietario de la alimentación del mundo, y esa es la meta de Monsanto.

¿Se trata pues de una neocolonización?

Es más que eso, pues se hace propietaria de la vida en todos sus aspectos, de lo que la gente come, de las medicinas que la curan y de todo lo que hace que el hombre viva, es hacerse propietario de la vida. He conocidos casos en EEUU y Canadá, donde muchos agricultores tienen juicios con Monsanto porque sus campos han sido contaminados de transgénicos por polinización, y fueron condenados a pagar a la multinacional.

¿Nos enfrentamos entonces a un sistema que prioriza la protección de la propiedad privada por encima de los derechos humanos?

Monsanto está comprando todas las empresas semilleras del mundo, imponen las transgénicas patentadas y así van colonizando.

¿Qué hace tan peligrosos a los transgénicos?

El 70% está preparado para absorber Rondup, un poderoso insecticida también creado por Monsanto, y nunca hubo estudios para comprobar cuáles eran las consecuencias para la salud de las plantas fumigadas con ese insecticida. Cuando Monsanto se lanza a los transgénicos desde el principio pretende hacer plantas resistentes a él, no a la sequía u otras cosas. Sabía que en 2000 perdía la patente y, como es el pesticida más vendido del mundo, quería seguir haciendo negocio. ¡No se trata de hacer un transgénico para vencer el hambre en el mundo, eso es una mentira!
Lo sé pues he pasado años investigándolo. Esta idea se la da una agencia de comunicación ubicada en Inglaterra, con el objetivo de que cambie la opinión negativa que se tiene en Europa de los transgénicos. Por cierto, es la misma agencia que llevó la imagen de la copa del Mundo de Argentina en el 78, contratada por la junta militar.

¿La lucha del siglo XXI va a ser por los alimentos y el agua?

Sí, por el control privado de los alimentos y el agua.

¿Qué es lo que más le impresionó al investigar para el libro?

Las consecuencias de los cultivos transgénicos a gran escala, como lo que vi en Paraguay, donde se fumiga desde el aire sobre los campos de pequeños campesinos matando sus recursos. En el documental aparece un niño con las piernas completamente quemadas por el pesticida, de caminar en los campos de soja. Los campesinos tienen que dejar sus tierras e irse a la ciudad a vivir de la basura. Este modelo es el del hambre organizado.

Dadas las circunstancias ¿qué podríamos comer a día de hoy?

Tengo previsto hacer otro documental y otro libro sobre el origen medioambiental de la epidemia de cáncer y Parkinson que vamos a ver en los próximos años. El primero se llamará 'El cáncer está en el plato'. Vegetales y frutas tienen residuos de productos químicos tóxicos cuyos efectos no han sido analizados. Es evidente que estamos en el inicio de una epidemia de cáncer, hay expertos que me han dicho que ya se calcula que uno de cada dos europeos va a tener cáncer. Hay que cambiar la manera de comer, es la única solución.


Charo Mora

Atunes… y coltán

Rebelión.-
Recientemente ha sido aprobado un importante refuerzo militar para proteger ¿nuestras mercancías? frente a las costas de Somalia. La preocupación por los "piratas" exige de aviones y fragatas militares con todos sus tripulantes atentos -a babor y estribor-. Entre las mercancías escoltadas por mar y aire, la Unión Europea insiste en hacernos saber que se protege los mercantes del Programa Mundial de Alimentos. Pero no olvidemos (al menos) otra de las motivaciones, la flota atunera y sus empresas asociadas.
Agotados nuestros mares por un modelo de consumo insensato y unas artes de pesca devastadoras, desembarcamos ahora en costas "sin Estado" ni regulaciones. La industria atunera trabaja con redes de pesca que abarcan varias millas, guiadas por satélites que les indican dónde están los grandes bancos de peces, encaminándonos a un nuevo agotamiento, en detrimento de los pescadores artesanales locales.
Las empresas pesqueras españolas también son receptoras de ayudas estatales y comunitarias que coartan el derecho de la población somalí a aprovechar sus recursos naturales. Así que finalmente cuando compramos atún hemos de saber que pagamos tres veces: el precio venta al público, las subvenciones con nuestros impuestos a esta industria y ahora con el presupuesto militar. Con toda esta financiación atunera podrían impulsarse muchos programas de cooperación para apoyar a la población de Somalia. Y decidirnos, de una vez por todas, a atacar los problemas estructurales como por ejemplo el consumismo insostenible para la naturaleza y socialmente tan cruel: un 20% de la población mundial acaparamos más del 80% de los recursos naturales disponibles, y como en el caso de Somalia, estos recursos los usurpamos de los países más empobrecidos. La Unión Europea debería limitar o reducir su flota de pesca industrializada y favorecer la pesca artesanal. Nuestro consumo debe de modificarse y sustituir los pescados comerciales quilométricos que nos han colocado en las pescaderías y supermercados, por pescados locales, pescados artesanalmente por la "flota" pesquera familiar.
Y se me ocurre, -es pura especulación- ¿será que algún barco de mercancías que pasa por el golfo de Somalia, no llevaría coltán "extraído" en el Congo? Los medios de comunicación deberían de hablar de los verdaderos piratas planetarios y no limitarse a los piratas locales.

Gustavo Duch Guillot

lunes, 15 de septiembre de 2008

Industria impulsa un plan empresarial que aumentará la contaminación eléctrica



Ha comenzado calentito el nuevo curso. Las organizaciones que luchan contra la contaminación electromagnética no podían creerse -si no fuera porque ya están curadas de espanto- la penúltima propuesta del ministro de Industria, Miguel Sebastián. El País lo contaba a la perfección: “El Gobierno quiere convencer a los Ayuntamientos de que poner antenas de móvil es saludable. Y para acabar con las reticencias que tienen las corporaciones locales a dar permiso para la instalación de antenas prepara un plan de incentivos económicos para los ayuntamientos que más colaboren en ampliar la cobertura del móvil dentro de sus municipios”.

De modo que los consistorios que ofrezcan más licencias a las compañías de telecomunicaciones inalámbricas para que ubiquen en su territorio nuevas antenas tendrán más dinero público para, a su vez, desarrollar las tecnologías de la información. Sebastián vuelve a quitarse el disfraz de servidor público y muestra su verdadero rostro de hombre de negocios que aprovecha su cargo público para beneficiar a los intereses privados. Sebastián se suma a la ristra de ministros servidores de los grandes sectores industriales y estratégicos del último capitalismo (el de los nuevos negocios que, si cabe, con más agresividad están poniendo en peligro la vida sobre el planeta).
La medida anunciada está incluida en el nuevo plan de “desarrollo tecnológico” denominado Plan AvanzaDos, que el Gobierno pondrá en marcha antes de finalizar el año y que se extiende hasta 2012, con una dotación superior a los 5.000 millones de euros. Dice Sebastián: “Hay que hacer comprender que las antenas de móvil no tienen ningún perjuicio para la salud”. Eso coincide con el mensaje de las compañías interesadas en la tecnología inalámbrica por microondas: no es una tecnología nociva para la salud y necesitamos más antenas para mejorar la cobertura. El Gobierno así facilita elcamino a las operadoras para vencer las reticencias de numerosos ayuntamientos que, preocupados por los daños a la salud que puede provocar la contaminación electromagnética de dichos aparatos, no quieren colocarlas en sus municipios. Una vez conseguido que muchos ayuntamientos, subvención en mano, cedan ante las pretensiones de las empresas tecnocontaminantes se las premia con dinero para invertrir en más tecnologías de la información que, como es lógico, representará otro nicho de negocio para las mismas compañías. Doble beneficio pues, con dinero público.


Si Sebastián desconoce a estas alturas los numerosísimos trabajos científicos independientes que advierten sobre los posibles graves daños a la salud que conlleva el uso de estas tecnologías es un ministro que nadie merece (Ver: I y II). Si los conoce está mintiendo a la ciudadanía y por ello nadie debería quererle. Personalmente, me inclino por la segunda opción: el ministro no quiso decir la verdad. Le faltó valentía para decir lo que seguramente muchos asesores le han comunicado hace tiempo sobre la contaminación electromagnética, quizá porque el evento donde hizo sus declaraciones estaba organizado por la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones de España (AETIC), el mayor lobby que hay en España para impulsar estas tecnologías y acallar las críticas. (Ver el capítulo Adictos a la cobertura de nuestro libro Conspiraciones tóxicas).
Es más, el actual Plan Avanza ha supuesto una inversión de más de 5.000 millones de euros inyectados en el sistema en el periodo 2005-2008, y más de 3.800 millones de euros adicionales movilizados gracias a la colaboración de otras administraciones públicas, entidades sin fines de lucro y empresas. Es decir, las compañías del sector están en el Plan Avanza, entre ellas, Sun Microsystems, Bull o Atos Origin, a través del Centro Nacional de Referencia de Aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (Cenatic), que pertenece a Avanza.


Por cierto, por si Sebastián tiene dudas sobre los daños que la contaminación electromagnética que despide la tecnología inalámbrica puede provocar, recordarle que sólo tres días después de sus declaraciones en el foro de AETIC, el Parlamento Europeo publicó su resolución sobre la Revisión intermedia del Plan de Acción Europeo sobre Medio Ambiente y Salud 2004-2010. El Parlamento considera que “el número de personas que enferman por culpa de factores medioambientales sigue en aumento y que debe establecerse un registro epidemiológico que ofrezca un cuadro completo de las enfermedades vinculadas, parcial o totalmente, a factores medioambientales”. Esta institución, “manifiesta gran interés por el informe internacional BioIniciativa [mencionado en (Ver: I y II)] sobre los campos electromagnéticos, que resume más de 1.500 estudios dedicados a este tema, y cuyas conclusiones señalan los peligros que entrañan para la salud las emisiones de telefonía móvil, tales como el teléfono portátil, las emisiones UMTS-Wifi-Wimax-Bluetooth y el teléfono de base fija DECT”.

Todas estas tecnologías suelen impulsarse en nombre de un progreso, bienestar, desarrollo, calidad de vida, que tantas personas cuestionan por su errado camino y que no quieren tener sobre sus cabezas (las antenas) o pegado a la oreja (el móvil) o en sus ordenadores (el WiFi emite gran cantidad de radiaciones lo que no ocurre con el ADSL por cable). Es necesario abrir un debate social, ahora inexistente por la exitosa labor de lobby que, como puede comprobarse, están haciendo las empresas con intereses en este lucrativo a la par que peligroso negocio.

Miguel Jara

jueves, 4 de septiembre de 2008

La vacuna contra el papilomavirus humano o el triunfo del marketing

EL MUNDO.-


  • En España 6.000 personas han pedido que se retrasen los programas de vacunación.


  • Algunos expertos critican la presión de la industria para acelerar su aprobación.


  • Previene lesiones precancerosas pero aún no ha mostrado eficacia a largo plazo.

MARÍA VALERIO
MADRID.- Una treintañera espera su turno en la consulta del ginecólogo mientras se entretiene leyendo un cartel en la pared sobre la nueva vacuna del papilomavirus. Al entrar, le pregunta a su médico si ella debe ponerse la inyección. "Pensaba que se trata de una terapia para niñas y adolescentes que aún no han mantenido relaciones sexuales...", musita ella, que acude religiosamente a su revisión anual. Su especialista le responde que le costará alrededor de
400 euros recibir los tres pinchazos necesarios, pero que no estaría de más que se la pusiera.
La escena se repite desde hace meses en las consultas españolas a medida que el cáncer de cuello de útero ha dejado de ser un tumor casi desconocido (y minoritario) para pasar a ser protagonista de una gran campaña de marketing.
El diario estadounidense
'The New York Times' ha publicado esta semana en su portada un largo análisis en el que destacados investigadores manifiestan sus dudas por los métodos que las compañías fabricantes de la vacuna han empleado para crear en los padres la necesidad ("la urgencia") de inmunizar a sus hijas.
El virus del papiloma humano se transmite por vía sexual aunque la mayoría de las infecciones que provoca desaparecen por sí solas. Sólo si el problema persiste y no se detecta a tiempo (mediante una citología, por ejemplo) puede llegar a desarrollarse un tumor maligno en el cuello del útero. Las dos vacunas en el mercado (Cervarix, de GlaxoSmithKline; y Gardasil, comercializada en España por Sanofi Pasteur MSD) están diseñadas para prevenir la infección por cuatro cepas del virus: el 16 y el 18, causantes del 70% de los tumores; y el 6 y 11, responsables de las verrugas genitales.


Eficacia probada, dudas pendientes


En el terreno científico nadie duda de la eficacia científica de ambas inyecciones. Sin embargo, cada vez son más las voces que subrayan las cuestiones aún no resueltas de la terapia, y que critican la prisa con que se ha autorizado su uso a gran escala. ¿Cuánto dura su protección? ¿Será necesaria una dosis de recuerdo al cabo de ciertos años? ¿Cómo afectará a la inmunidad natural del organismo contra el virus? ¿Es más rentable para el sistema sanitario que la citología capaz de detectar las lesiones precancerosas? ¿Creará en las mujeres una falsa sensación de protección?
En nuestro país,

más de 6.000 personas han firmado ya un manifiesto a favor de una moratoria en la aplicación de la vacuna en nuestro país. Un documento que solicita "un período de reflexión, de seguimiento en poblaciones reales (...) para solventar las dudas razonables que existen sobre la idoneidad de este programa de vacunación en España".
El texto, que promueve el catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante Carlos Álvarez-Dardet, señala que para cuando se empiecen a prevenir los primeros casos de cáncer de cuello uterino en España, "dentro de 30 años", el Sistema Nacional de Salud se habrá gastado unos 4.000 millones de euros. Prevenir una sola muerte por cáncer de cérvix habrá costado alrededor de ocho millones de euros, apuntan, sin ahorrar nada del actual sistema de detección precoz mediante citología, que sigue siendo recomendado incluso aún estando vacunada.
Y es que el cáncer de cuello de útero sigue siendo, a pesar de lo que pueda parecer, una enfermedad de los países en desarrollo, donde carecen de los medios para hacer un cribado adecuado mediante citologías. Organizaciones como la de Bill y Melinda Gates están centrando sus esfuerzos en que la terapia esté disponible a bajo precio en los
países de África y Latinoamérica, allí donde la incidencia de este cáncer femenino es mayor. En España se diagnostican 2.000 cánceres de este tipo al año (una de las cifras más bajas de Europa), que provocan alrededor de 600 muertes.


Estrategias publicitarias


"El problema es que se ha comercializado demasiado pronto", explica Álvarez Dardet a elmundo.es. "Pueden aparecer efectos secundarios desconocidos hasta ahora, y tampoco sabemos a ciencia cierta si la vacuna previene las muertes por cáncer de cuello de útero". Los Centros de Control de las Enfermedades (CDC) de EEUU han recibido por ahora 9.749 notificaciones de reacciones adversas tras el pinchazo, ninguna de ellas graves, pero que sí serán investigadas.
Este catedrático es una de las voces críticas con las técnicas de marketing utilizadas por las compañías fabricantes de la vacuna para crear en la sociedad la sensación de que es necesario vacunarse.
Él mismo solicitó al organismo de autocontrol de la publicidad la retirada de una campaña por publicidad engañosa, que contaba con el aval de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) y la Asociación Española de Pediatría. "Cuál fue mi sorpresa cuando me respondieron por escrito diciendo que una compañía farmacéutica había decidido retirar la campaña 'Cuéntaselo'", relata. Este documento, que obra en poder de elmundo.es, no hace ninguna referencia a las dos sociedades que ponían su sello en la campaña (cuya

página web está también desactivada desde entonces). "En España", recuerda este especialista, "la publicidad directa de fármacos está prohibida, pero éste era un buen disfraz".
El presidente de la SEGO, José Manuel Bajo Arenas, no niega esta acusación, pero insiste en que "sólo ponemos nuestro sello en temas razonables". Según este especialista, "de las mil cosas organizadas por la industria, de todo lo que han orquestado, hay algunas cosas que nosotros sí hemos respaldado. Otras no".

Pero Álvarez Dardet no se corta al criticar que estas sociedades científicas "están defendiendo más los intereses de la industria que de las mujeres y niñas" y añade que "están minando su credibilidad". El ginecólogo responde que la sociedad científica respalda únicamente los datos de los ensayos llevados a cabo hasta ahora, "que dicen que la vacuna es muy eficaz y que sin duda va a beneficiar a las adolescentes".
Sin embargo, el catedrático cuestiona que no haya aparecido ningún estudio nuevo sobre la vacuna en el último año y medio en las revistas médicas de prestigio que sí recogieron los trabajos iniciales.


Presión de la industria


En esta polémica, concluye, se mezclan a partes iguales la evidencia científica y la ética empresarial. El diario NYT denuncia por ejemplo las ingentes cantidades de dinero invertidas por la industria en actividades con grupos de pacientes, asociaciones de padres y conferencias de reputados expertos ("a 4.500 dólares por charla"). Ninguna de las dos compañías que venden la vacuna en España han querido facilitar a elmundo.es datos sobre las cantidades de dinero invertidas aquí en promoción o marketing.
"Toda esta presión está haciendo que la gente piense que es un mal padre si no vacuna a sus hijos", ha declarado Abby Lippman, profesora de la Universidad canadiense de McGill. "Merck [que comercializa Gardasil en EEUU] ha creado un sentimiento de pánico, de que hay que vacunarse ya", añade por su parte Diane Harper, una de las principales investigadoras de los estudios iniciales de esta terapia. "Debido a esta agresividad me temo que todo ha ido demasiado rápido". Gardasil sólo tardó seis meses en ser autorizada por la agencia estadounidense del medicamento (FDA) cuando este plazo suele rondar hasta los tres años.
Una de las principales preocupaciones de los especialistas es cuánto durará la protección que confiere la vacuna, algo que los ensayos no han podido certificar de momento porque sólo llevan cinco o seis años de seguimiento. "Es evidente que es una incógnita en el aire", reconoce Bajo Arenas, "pero se irán despejando".
El coste de la terapia tampoco ha pasado desapercibido; mucho más cara que una vacuna cualquiera de otro tipo. "Los altísimos costes de la vacunación atacan a la sostenibilidad financiera, no sólo del calendario vacunal sino de todo el servicio de salud pública", defiende el manifiesto, que firmó el actual director general de Salud Pública, Ildefonso Hernández Aguado, cuando aún no ocupaba este cargo público y ejercía como presidente de la Sociedad Española de Epidemiología.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

La psiquiatrización del malestar social



Dicen que los nuevos malestares de esta época hiperconsumista y absolutamente ególatra ya no son consecuencia de las relaciones de producción. Que ese malestar no requiere de una lectura social, mucho menos política. Porque esa pesadumbre es privada, cosa de cada uno, de su desajuste, culpa de cada cual, porque no ha sabido estar a la altura del tiempo o el destino. Creo que ello viene a confirmar las estrategias de individualización y patologización de numerosos malestares modernos. ¿Qué ha pasado? Hace años, en la década de los ochenta, perdimos la virginidad utópica, aquella que aún nos mantenía como guerreros del antifaz contra la tiranía social, como sujetos políticos, actores del tiempo y artífices de la historia. La posmodernidad nos desvirgó y con ella perdimos la noción del presente. Y entonces la realidad se reconvirtió en un lodazal en barbecho. Y así, poco a poco, nos fuimos abandonando por obra y gracia del relativismo narcisista al nihilismo paralizante, renegando incluso del futuro. Entonces nuestras biografías se fragmentaron, olvidamos los relatos emancipatorios, primamos la estética sobre la ética y la egolatría hiperconsumista sirvió para justificar desde las flexibilidades del mercado hasta la contención histórica de nuestros cuerpos. Y las viejas solidaridades de clase sangraron tras las grietas que se abrían en el interior de las debilitadas estrategias de la histórica protección comunitaria. El espacio se remodeló y la deslocalización sirvió para perpetuar las distancias entre los sujetos descaracterizados a los que las carnes se les abrían arrojándolos a una confortable intemperie. Sabíamos, y sabemos que algo va mal. Y es que la política ha sido derrotada como arma de combate y el derecho al yo por encima de todo ha tratado de compensar la creciente despolitización de las relaciones sociales. Y sin embargo, la felicidad anunciada no llega. Y todo se llena de consejeros psicologistas, manuales de autoayuda, utopías ingenuas que crecen en medio de una creciente desertificación social. Y los dogmas religiosos se rearman y vuelven a emerger como sustitutos de las convicciones abandonadas por aquella razón combativa sepultada entre los lirios de la historia inacabada.
Y es que ahora, el viejo conflicto social, el que nos inspiró y animó a las barricadas, reconvertido en conflicto global explicativo de todas las resistencias, se ha despolitizado reconvirtiéndose en un asunto personal aupado tras la victoria del yo narcisista. No esperéis lectores, ninguna resistencia de unos sindicatos algodonosos y claudicantes ante la deforestación sociolaboral de nuestras relaciones mercantiles, no esperéis nada de las agencias de voluntarios que inundan el mundo; excepto su meritoria, reconocida y siempre excitante pasión por el prójimo. Pero marcadamente neutral e institucionalizada. No esperéis nada de las agencias sociales, de los grupos institucionalizados de presión social, no esperéis nada porque todo ello forma parte de una estrategia de contención del conflicto social, cada vez menos politizado y más blindado en su lectura y posibles alternativas de cambio social real.
Pero el conflicto sigue dejando víctimas. Muchas aguardan en la larga lista de los centros de salud mental, en los despachos privados de los psicólogos, en los servicios sociales o en el paro puro y duro. Son los que sobreviven a pelo, los alprazolanizados y quienes han somatizado la dureza de una vida sin redes de protección en la fibromialgia social de nuestros días. Y es que las biografías personales se han despolitizado, el sufrimiento se ha desocializado y reconvertido en un problema absolutamente privado donde el individuo psiquiatrizado y asistencializado, es aconsejado por psiquiatras, jueces y asistentes sociales, el triunvirato profesional de la contención social que responde a la asistencialización de la nueva lucha de clases. Surge así una lectura acrítica donde el malestar social pierde significado político y éste se normaliza y se integra como malestar privado.
Guillermo Rendueles, un psiquiatra-escritor asturiano y Santiago Alba Rico, uno de los intelectuales españoles más lucidos del momento ya nos avisaron hace tiempo de esta deriva en sus magníficos análisis. Con ellos coincido en reconocer que por las consultas siquiátricas pasa el 30% de los pacientes del área sanitaria. Que ese 30% tenga problemas de salud mental es otra cuestión que Castilla del Pino define como la inflación del sistema absolutamente mediatizado por la psiquiatrización dirigida desde las multinacionales farmacéuticas. No obstante esta privatización del conflicto social, desde mi punto de vista, viene determinado, y en ello coincido con los autores citados, por ciertas posiciones ante el propio conflicto. Posiciones que básicamente resumen los modelos relacionales con el propio acontecer diario, sus problemas y la forma de transferir responsabilidades entre los sujetos histórico-políticos y las instituciones.
La posmodernidad inauguró una serie de derechos basados en la primacía del yo. Ese yo hiperconsumista de deseos, satisfacciones y hedonismos individualistas, ajenos a las consecuencias que generan, nos ha eximido de nuestra responsabilidad conductual. Las cosas ocurren, nos pasan y acontecen sin que ningún sujeto asuma responsabilidades. Los sucesos y las acciones se sitúan en el limbo, sin gravamen alguno. Y es que la experiencia vital carece ya de enseñanzas porque la propia realidad está desdramatizada. Porque la hiperindividualización ha fagocitado toda lectura crítica y política de la realidad permaneciendo los sujetos ajenos a los compromisos. Pero también los Estados, las instituciones y las administraciones públicas se han inhibido de cualquier responsabilidad transfiriéndola al individuo enaltecido y blindado por los derechos del yo consumista. El largo millón de victimas civiles de Irak no es responsabilidad de nadie. No es ningún drama porque nadie se hace cargo de su sangre.
Y es que desde hace tiempo las políticas públicas patologizan e individualizan aquellas biografías, itinerarios o sucesos que escapan a los procesos de normativización y normalización social. El sistema de salud o el sistema de los servicios sociales victimizan los procesos personales haciendo creer al sujeto que él es el culpable de su situación. Reconversiones, paro de larga intensidad, precariedad laboral, exclusión social, pobreza endémica, divorcios, estrés, ansiedad, se envuelven en nuevas categorías gnoseológicas que explican los nuevos problemas sociales, problemas por otra parte absolutamente despolitizados en su análisis y significado. Por ejemplo, los Servicios Sociales han inventado herramientas de normativización social como la Búsqueda Activa de Empleo, los acuerdos de incorporación, el itinerario de inserción y otras lindezas técnico-burocráticas, descontextualizadas de la realidad social en las que los sujetos patologizados y desautorizados se ven obligados a desprenderse de su protagonismo histórico. Ya no interesan las causas que han generado esas biografías de la pobreza, el abandono o la desesperación, como si los sujetos hubiesen elegido su propia miseria. Nada se opina sobre las condiciones y relaciones laborales, sociales, familiares, patriarcales, sexistas o de dominación. Nada sobre la inseguridad, las infraviviendas, los salarios parciales, los talleres ilegales y las múltiples formas de explotación invisible. Nada. Como si sólo nos interesara asistencializar a quienes van a la deriva, a quienes no asimilan su naufragio voluntario o a los espíritus agrietados, esos para quienes el porvenir es una larga agonía sin desenlace.

martes, 2 de septiembre de 2008

Las conclusiones de la OMS o como "descubrir" la pólvora luego de 60 años de existencia

Rebelión-
Por esas cuestiones típicas de la hipocresía neoliberal, hemos asistido en estos días a la presentación del informe Determinantes Sociales de la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Leer en el año 2008 que especialistas de esa organización internacional con sede en Ginebra, declaran finalmente que salud y enfermedad se relacionan con las constantes situaciones de desigualdad e inequidad propias de un sistema de explotación y exclusión basado en el sometimiento de poblaciones enteras a los grandes intereses económicos, no deja de ser patética o cuanto menos indignante.
La Cuba socialista es el claro ejemplo de cómo un sistema político y económico pensado para el pueblo, puede generar un nivel de vida adecuado y un concepto de atención en salud que abarca sin exclusiones a todos y a todas.
"La combinación nefasta de pobres políticas sociales y circunstancias económicas injustas está matando a la gente a gran escala", afirmó el presidente de la Comisión de la OMS, Michael Marmot. Pero…a que le llama Marmot circunstancias económicas injustas? Son circunstancias? O le llama de esa manera a los ejes de las políticas neoliberales que justamente basan su accionar en la desigualdad económica, en la inexistente redistribución del ingreso, en el imperio de las multinacionales que empobrecen a la casi totalidad de la población de América latina, el Caribe, África y Asia avalados por los gobiernos locales? Son "circunstancias económicas" el hambre que padecen selectivamente más de 900 millones de personas en el mundo? En el 2006, el Director General de la FAO informó que esta cifra aumentaba a razón de 4 millones de personas al año, pero tal aviso no generó absolutamente ninguna respuesta efectiva, salvo el incremento de los precios de los alimentos, las políticas de ajuste y pauperización más salvajes.
Y cuando habla de "pobres políticas sociales"? Acaso no son éstas el resultado del más crudo accionar neoliberal (apoyado también por ese Organismo) que resultó en la extinción de toda política pública que posibilitara el acceso a la salud, la educación y los derechos humanos más elementales de grandes sectores de la población?
Necesitó la OMS más de tres años para concluir en el trabajo presentado que "no existen razones biológicas" para que la esperanza de vida varíe hasta más de 40 años de un país a otro o de una región a otra de un mismo país.
Todos los datos estadísticos -que por otra parte no solo son impecablemente presentados en este Informe, sino en decenas de informes de ese Organismo desde hace muchos años- hablan de la existencia de dos mundos, de quien domina y quien es dominado, pero en suma de un solo sistema político que desde su misma génesis provoca las disparidades necesarias para su subsistencia.
La directora de la Oms, Margaret Chan, realizó un apelo a todos los países a fin adoptar medidas encaminadas a mejorar la vida de la gente y planteó el objetivo de lograr la equidad sanitaria "en el lapso de una generación", como si eso dependiera del mero voluntarismo de los implicados o implicadas y no respondiera a un orden claramente establecido que concierne a la égida de las políticas neoliberales diseñadas por los grupos de poder económico que dominan a escala mundial.
"Reducir las desigualdades en materia de salud es un imperativo ético. La injusticia social mata a la gente a gran escala", descubren los especialistas de la comisión de la OMS y recomiendan tardíamente a los países que implementen sistemas de salud financiados con dinero público
No hay manera de mejorar esas cifras que tanto preocupan a la OMS y que quedan dramáticamente plasmadas en este Informe, en la medida en que lo que cambie no sea el sistema neoliberal imperante.… Y de esto, aunque parezca que recién se está enterando, la Organización Mundial de la Salud sabe bastante.
Al inicio de la década de los 80 la oleada neoliberal también aterrizó en la OMS. Eran momentos en que los efectos de las políticas privatizadoras de mercado (lideradas por EEUU) comenzaban a imponerse sobre el sector público desarticulando lo ya existente y reduciendo drásticamente las inversiones al sistema de salud pública hasta prácticamente aniquilarlo. La Organización Mundial de la Salud acompañó este proceso junto al resto de las agencias internacionales aliadas al eje de dominio neoliberal y avanzó en un discurso sanitario más pertinente del FMI que de un organismo internacional de salud.
El investigador Enrique González, especialista en Derechos Humanos, señala la fuerte polémica desatada con el informe de la OMS del año 2000 en el cual se clasificaron los países en función de sus sistemas de asistencia sanitaria utilizando indicadores claramente neoliberales sustentados en paradigmas del sistema de privatización de salud.
Así, de acuerdo a este informe, Colombia (que contaba con la incorporación reciente de seguros médicos privados) quedaba por encima de Cuba, que desde ya revelaba un sistema público de salud accesible y de calidad.
También fue una prueba de su compromiso con los grandes grupos de poder, la reticencia de la OMS para incorporar los medicamentos genéricos en el tratamiento del VIH SIDA, medida que involucraba directamente a las multinacionales farmacéuticas.
En una noticia aparecida en el diario El Mundo (España) el 17 de septiembre de 2001, Brundtland que era en ese momento directora general de la Organización Mundial de la Salud, calificó de "tragedia" la muerte de personas por no tener acceso a determinados medicamentos disponibles en el resto del mundo, por lo que si bien el sistema de patentes tenía que continuar, debía al tiempo modificarse para lograr "que los precios de los fármacos bajen en los países pobres".
Un somero análisis de los términos del discurso de la ex directora evidencia el perfil economicista de sus conceptos, más propios de una entidad financiera que de una agencia internacional de salud.
Y hablando de entidades financieras, Damien Millet y Eric Toussaint, publicaron una nota hace pocos días, motivada en el repentino descubrimiento del Banco Mundial de que hay «400 millones de personas más de las que se pensaba, viven en la pobreza». Una muestra más del objetivo central de estas organizaciones que no es sino como dice Toussaint la de avalar las políticas neoliberales impuestas al mundo por sus propios expertos.
Ciertamente estamos en una época de prístinas revelaciones, solo nos resta conocer que se hará con esa información, que medidas concretas se pondrán en marcha para revertir desde ya la ignominia que se cierne sobre miles de millones de personas de todo el planeta.
No debemos esperar nada de ninguna de las agencias internacionales. Tienen marcado un camino indefectible. Debemos ser nosotros y nosotras, que integramos esa otra parte de la historia, que estamos del otro lado, que sostenemos un claro compromiso social quienes nos aliemos con toda la gente para llevar adelante esta lucha.
No aceptemos pasivamente este tipo de discursos, que hoy descubren 400 millones más de pobres al tiempo que aplican políticas de ajuste. No admitamos que la OMS en un rapto de lucidez nos diga que la combinación nefasta de pobres políticas sociales y circunstancias económicas injustas está matando a la gente a gran escala, cuando ha sido una de las grandes responsables de este estado de cosas y hasta el momento no se ha detectado un giro en su accionar.
Si hay neoliberalismo, no hay cambios estructurales a favor de la gente. Si hay neoliberalismo hay pobreza y exclusión. Si no, piense usted en los 6 millones de niños y niñas que mueren al año a consecuencia del hambre y la desnutrición. Si, 6 millones. Se da usted cuenta?

El informe de la OMS

Rebelión-
La Organización Mundial de la Salud, luego de tres años de arduo trabajo, ha presentado en Ginebra un informe sobre los determinantes sociales de la salud, en el que se concluye que las condiciones sociales determinan la buena o mala salud de las personas.
A ello, que no a razones biológicas, atribuye el informe que la esperanza de vida varíe hasta más de 40 años de un país a otro.
Demás está decir que uno está muy de acuerdo con el informe, pero me admira que hayan necesitado un informe de tres años de gestación, a estas alturas, para llegar a tan peregrina conclusión.
Cierto que, cuando leo las declaraciones de Michael Marmot, presidente de la Comisión de la OMS que presentó el informe, empiezo a entender las insospechadas dificultades de arribar a semejante conclusión por lo esmerado de los eufemismos en que lo explica: “la combinación nefasta de circunstancias económicas injustas y políticas sociales pobres, está matando a la gente a gran escala", pero para semejantes equilibrios semánticos tampoco necesitaban tanto tiempo y recursos.
Denunciar, a estas alturas, que en los países ricos se viven más años que en los países pobres y que no es la casualidad la que determina que la esperanza de vida de una japonesa sea de 86 años y la de una zambiana de 43, es algo que yo mismo les podría haber contado en dos minutos y usando uno para tomar agua.
El informe ilustra la realidad del mundo a partir de las estadísticas que maneja, el que en Islandia mueran sólo dos bebés por cada mil nacidos mientras son 120 en Mozambique, o que sólo una sueca muera al dar a luz entre 17.400 partos cuando en Afganistán muere una parturienta por cada 8, pero el informe en sí nada descubre y sus recomendaciones siguen siendo demasiado vagas.
Instar a la unidad de todos, de gobiernos, de organismos, de la sociedad civil, para mejorar la vida de los seres humanos, o es una gilipollez o es un rasgo de lesa ingenuidad. En el fondo, el informe no es más que otro informe más que agregar a los otros informes, para que todos estemos informados de lo poco que valen los informes.

viernes, 11 de julio de 2008

El sujeto en la salud


EL SUJETO EN LA SALUD, EN EL CAPITALISMO AVANZADO
EL CUERPO EN EL CAPITALISMO AVANZADO

La Otra Salud

En su análisis sobre la expansión del capitalismo en sus etapas avanzadas, Marx describió detalladamente la capacidad del mismo de abrirse caminos en busca de nuevos mercados y fuentes de plusvalía. De ahí la explicación mas efectiva al fenómeno del imperialismo y del colonialismo. Pero en una sociedad global, en la cual el capitalismo ha logrado dar la vuelta al mundo, es necesario preguntarse a dónde voltea para conseguir nuevas ganancias.
Una de las respuestas, una con resultados particularmente ominosos para la supervivencia del ser humano, es hacia dentro del cuerpo. Cuando el capitalismo ha logrado expandirse a través de territorios geográficos, comienza a expenderse a los territorios corporales. Y uno de los primeros pasos para lograr esto es la reescritura del cuerpo humano.


LA INYECCION NEOLIBERAL


Retomando a Marx, e inclusive a Darwin, somos lo que hacemos para subsistir. En ese sentido, no debería existir relación mas orgánica o natural que entre nosotros y nuestros cuerpo. La materialidad que nos permite producir y reproducirnos es la esencia básica de nuestra identidad, y sin embargo no es así. Creemos en existencias mas allá del cuerpo que nos definen trascendentemente, y que nos inoculan de las dificultades y limitaciones del mismo.
Pero estas definiciones no surgen de nuestras experiencias personales, ni siquiera de las que compartimos con otros en el proceso de socialización. Estas definiciones nos son impuestas por un sistema que necesita equiparar al cuerpo humano con una maquinaria industrial para así poder someterlo a las mismas leyes económicas con las que rige el resto de su lógica.
Es de esta forma que en el momento en que una mujer se embaraza su cuerpo deja a ser de ella para pasar al control del aparato médico, y por lo mismo, el bebé deja de ser un humano en potencia para convertirse en “el producto”.
Es así como la lógica del capitalismo se va inyectando a lo mas íntimo de nuestro ser, nuestro cuerpo, y al rescribirlo rescribe también nuestra identidad. Perdemos la unidad natural con nuestro cuerpo para convertirnos en sujetos ajenos a esta maquinaria carnosa. Sujetos que no solo no la controlan, sino que somos victimas de sus deficiencias, sean estas impulsos, instintos, fallas, deterioro, y eventualmente su muerte (que por esta trágica unión se convierte en la nuestra).
Mi cuerpo y yo somos otros, somos distintos. Es de esta forma que el cuerpo entra en venta, y puede ser analizado, subdividido y comercializado. Se crean nuevos mercados donde se comercializan los instintos sexuales, y en su caso mas extremo, se crean organizaciones dedicadas al mercado no de seres humanos, sino de sus cuerpos como productores industriales de placer.
Como en el mercado laboral, la gente vende su cuerpo porque es lo único que tiene, no lo que es.


ATRAPADO EN MI CUERPO


Pero el estar atrapado dentro de esta maquinaria no solo significa que estamos sujetos a la lógica del mercado para lograr nuestra subsistencia, sino que estamos ante la constante amenaza de que, como cualquier otro aparato de nuestra propiedad, se descomponga sin que entendemos el por qué.
Palabras como infarto, tumor, derrame, son signos misteriosos que nos recuerdan que esta máquina, mas que mantenernos con vida, puede fallar en cualquier momento y acabarnos. Caminamos dentro de una bomba de tiempo. La diferencia entre este futuro incierto y aterrador, y la estabilidad, aunque sea momentánea, es uno de los bienes mas preciados: la salud.
¿Pero qué es la salud sino la ausencia de enfermedad? Es decir, estamos sanos cuando nuestro cuerpo funciona correctamente,y como no entendemos lo que significa el correcto funcionamiento del cuerpo, entonces la salud nos es un signo igualmente indescifrable.
Es esta incertidumbre que nos lleva a adquirir “la salud” en cualquiera que sea el paquete en que nos sea vendida. Ya sea un yogurt con bifidos, un cereal con fibra extra, una pastilla que reduce el colesterol, un anillo que nos limpia el aura, un alineador de chacras, o las flores de Bach, la salud es algo que sabemos que necesitamos, aún si no sabemos como funciona. Es el mítico tónico, la piedra filosofal, el grial sagrado, es ese bien que, de ser nuestro dará sentido a toda nuestra existencia. Es por ello que la sabiduría popular nos dice que si tienes salud, todo lo demás es secundario.
Y como bien dice el dicho, la salud se tiene, es decir, se adquiere. ¿Y cómo? Con capital. Es así como caemos en una de las grandes ironías de esta lógica perversa , vendemos nuestro cuerpo y su labor para obtener, principalmente, algo que nos asegure que este mismo cuerpo siga funcionando. Metafóricamente hablando, vendemos al hijo para asegurarnos de que tenga una mejor vida , ya que nosotros no seremos jamás capaces de dársela.


EL MAGO DETRÁS DE LA CORTINA


¿Pero quién es ese gran dador al que le vendemos nuestro caparazón fibroso a cambio unos momentos mas de funcionamiento? Es el mercado todopoderoso. Es a este dios a quien rendimos tributo para que nos regale unos días o años mas con los cuales producirle aun mas riquezas. En otro revés irónico, también aquellos que obtienen plusvalía de vender el producto salud, lo hacen también para alimentar las necesidades y urgencias de sus propios cuerpos descontrolados, es decir enfermos.
El único que no sufre de enfermedades es el mercado.


PERSIGUIENDO FANTASMAS


Parafraseo a Gyorgy Lukacs: “El fenómeno de reificación es cuando una relación entre seres humanos adquiere una objetividad fantasmagórica que lo cosifica, y aleja de su naturaleza verdadera, es decir, el ser una relación entre personas:”
El mercado, la salud, dos objetos fantasmagóricos que dominan nuestra existencia en una lógica capitalista. El primero es el gran dador, y el segundo el bien principal. Es nuestra fortuna que no tenemos que hacer esta búsqueda de espectros a ciegas, pues el sistema se encarga de crear las estructuras, y con ello las funciones y operaciones para saber por donde buscar.
Nuevamente tomando a Lukacs, si por efectos de la reificación perdemos de vista que procesos sencillos de socialización, como es el intercambio de objetos, son resultado de nuestras acciones. Empezamos a creer que suceden por si solos, e inclusive adquieren una materialidad propia. En un pasado anterior al materialismo, nuestras almas y cuerpos eran objetos de las voluntades caprichosas del panteón de los dioses. Hoy, como seres mas civilizados y científicos entendemos que somos objetos de la voluntad caprichosa de otros seres superiores como son el Mercado, la Historia, y El Sistema.
Pero así como los dioses del olimpo hablaban a través de las pitonisas en los oráculos, los fantasmas de hoy hablan a través de los expertos en las instituciones. Es a través de estas instituciones e individuos dedicados a la “sanación” que el sistema patologiza y diferencia entre los enfermos y los sanos, y de esta forma define la salud. La salud por lo tanto se convierte en un sistema de exclusión.
Ya en el momento en que alguien se presenta en un hospital, o en un centro de curación (cualquiera que sea su tipo), y se somete a la mirada clínica del terapeuta (cualquiera que sea su forma de sanación), acepta su posición como enfermo, y por lo tanto dispuesto a entregar su cuerpo al conocimiento del experto para ser sometido, disciplinado, transformado de la forma que este decida para volver a obtener su “salud”. Es en este momento que el peso de un cuerpo vulnerable es mas pesado sobre nuestra existencia. Uno es ya un enfermo y requiere ser controlado.
Si somos incapaces de intervenir en el mercado, al otorgarle una identidad fantasmagórica, lo mismo sucede en cuanto a nuestra propia salud. No sabemos donde está, ni como es, pero en cuanto el experto nos designa como enfermos, sabemos que la hemos perdido y que no existe nada mas prioritario que recuperarla. Adquirimos no solo el mote,sino la identidad del Enfermo, y un enfermo es definido por su enfermedad.
Irónicamente, este fenómeno capitalista nos regresa a la definición Marxista original: somos nuestro cuerpo, pero parece ser que esto es algo que solo concientizamos en el momento en que nuestro cuerpo nos define como un “otro” enfermo que debe de ser tratado. Dejó de ser un individuo para pasar a ser un diabético, un enfermo de SIDA, un sicótico, un individuo con chacras desalineadas, inclusive un embrujado.
Esta identidad “enferma” nos separa del resto de la sociedad, principalmente porque implica que hemos perdido el bien principal que define la felicidad y el éxito. En pocas palabras, somos autodefinidos como un ser con una gran Falta, la principal, y por lo tanto con una identidad con un gran hueco en su centro de definición. Somos los mismos que antes, pero ahora menos. Al aceptar eso finalmente somos uno con nuestro cuerpo, pero al aceptarlo, estamos también permitiendo que el control que el mercado ejerció sobre nuestro cuerpo penetre mas profundamente hasta la misma definición que tenemos de nosotros mismos: a nuestra identidad trascendental. Ya no es nuestro cuerpo el que esta siendo controlada por el mercado, sino nuestra propia capacidad de definirnos como un ser “normal”, digno de la sociedad. Como diría Edward Said de la identidad colonial, la identidad del “otro” colonizado no comienza a funcionar como un elemento opresor sino hasta que el mismo colonizado se acepta como tal.


MI CUERPO ES OTRO


Quiero enfatizar esta capacidad que se le otorga a los especialistas en la sanación ( sean médicos alópatas, alternativos, o sean estos brujos charlatanes) de determinar quien merece ser definido como Enfermo, pues esta capacidad es tan delicada que debe de ser remunerada de forma correcta. No es de sorprenderse que la profesión médica sea considerada como una de especial valor en nuestra sociedad, y una que otorga al iniciado un futuro casi asegurado en términos económicos. Curiosamente, es la misma promesa que se hace a la otra profesión que también es capaz de declararnos no dignos de funcionar en sociedad y con la autoridad de tomar control sobre nuestros cuerpos: la abogacía.
Pero regresando al espacio del sanador, la parte mas importante de su poder radica justamente en que su capacidad de definir, de ser el sujeto que nos convierte en objetos de nuestra propia existencia, radica en su conocimiento oscuro. Es el iniciado en información secreta, extraña, que sólo se comunica a algunos individuos selectos, y en la cual radican esos secretos del funcionamiento correcto de la maquinaria. Como tal, la información es cuidada a través de un lenguaje críptico e impenetrable que asegura que quien no sea un iniciado no vaya a obtener estos secretos, por los cuales se transmite el poder. Así como los monjes medievales resguardaban los conocimientos que aseguraban la transmisión del poder en libros selectos y comunicándose en latín, los sanadores contemporáneos tienen su propio latín, que en ocasiones, es de hecho el mismo latín.
¿Pero acaso el sanador es inmune a la enfermedad? La respuesta obvia es un no rotundo. El sistema otorga funciones estructurales, pero nadie escapa de ser sujeto a su poder disciplinario. En pocas palabras, al sanador se le confiere el poder de declarar un enfermo mientras ejerce el ojo clínico, y durante el tratamiento de un enfermo, pero haciendo a un lado esos escasos momentos, es sujeto a la misma carga e identidad que los demás individuos.
Lo que si queda claro es que si la salud es el bien principal a resguardar, y por lo tanto a adquirir en este nuevo mercado de la salud, es este sanador, rodeado de símbolos de pureza (la bata blanca, el juramento ético, los diplomas institucionales, inclusive los símbolos que lo identifican con lo orgánico y natural), quien es la puerta de entrada a este nuevo espacio de plusvalía.


LAS NUEVAS PATOLOGÍAS


Ya habiendo penetrado a lo más íntimo de nuestra identidad, y logrando definirnos como seres faltos de salud, el capitalismo nos ofrece un amplio mercado para recobrar lo perdido. Hay todo tipo de tratamientos y curas, ofrecidos en hospitales, centros de rehabilitación, retiros. Todos ellos ofreciéndonos rellenar ese hueco que ahora nos define, retornarnos a la plenitud. Sin embargo, de alcanzar esa mítica salud, las ganancias desaparecen también, y por experiencia sabemos que un imperio no coloniza sólo para voluntariamente regresar los bienes y fuentes de plusvalía.
De hecho, en cuanto se descubre un mercado virgen, o una fuente de recursos nuevos, el capitalismo los analiza, subdivide, explota, hasta maximizar y agotar las posibles ganancias. En este caso, a diferencia de un territorio colonizado, al no existir bordes geográficos en la identidad enferma, no existen límites para su explotación. Cada día surge un nuevo descubrimiento que descubre un nuevo síndrome, o una nueva patología que amenaza con convertirnos en enfermos. Cada día la comunicación nos acerca con nuevas culturas globales, con definiciones propias de salud y enfermedad, y que pueden ser aplicadas aquí mismo para expandir la definición de enfermo a espacios antes no imaginados (vibras, chacras, fuerzas externas). Curiosamente, y por razones explicables mercantilmente, entre mas información obtenemos, entre mas influencias nos llegan, crece la definición de enfermedad, pero la de salud no solo no crece al paralelo, sino se constriñe progresivamente.
Esto permite que cada día existan más y más productos para mejorar nuestra salud. Productos que a diferencia de otros en el mercado, no son opcionales, sino la definición misma de nuestro bienestar. La persona más sana no es la que puede olvidarse de la enfermedad, sino la que mejor cuida su salud. Todos somos un síndrome, y todos consumimos o practicamos lo apropiado para ser afectados de la menor manera. Al consumir los medicamentos o los tratamientos que se nos prescriben compramos la identidad que los acompaña. Es de esta forma que nos convertimos en un consumidor de Prozac, un consumidor de Viagra, o un practicante de la Yoga. El tratamiento nos define y se convierte en una identidad alterna, pero trascendente. Cambiamos nuestro estilo de vida enteramente para ajustarse a la definición de salud que nuestro tratamiento respectivo nos impone, y claro, este estilo de vida viene acompañado de una infinidad de nuevas parafernalias y bienes que también debemos adquirir.
Porque si el poder tiene la capacidad de definirnos como enfermos, también lo tiene para declararnos momentáneamente sanos. Es así como aún sin malestar alguno, recurrimos a exámenes e inclusive a tratamientos preventivos, para así recibir la noticia de que, por el momento, y a menos de que algo nuevo aparezca, todo indica que podemos funcionar.
De esta manera se cierra el círculo finalmente, pues el mercado primero nos toma el cuerpo, lo separa de nuestra identidad, e interviene sobre él. Aquel que le es útil en ese estado se convierte en mercancía por si sólo, ya sea vendiéndolo directamente, o vendiendo su imagen. Ya desprendido de su subjetividad y convertido en mero objeto, lo mecaniza, y con esa lógica fordista lo patologiza, para extraerle su normalidad y convertirlo en un cuerpo enfermo. Es solo entonces que nos es devuelto para que recreemos una identificación con el mismo, pero ahora como un ente con una falta primordial que debemos dedicar el resto de nuestras vidas a cubrir. Un búsqueda imposible considerando que, como toda máquina, este mismo decaerá con el tiempo, y por lo tanto las enfermedades en lugar de detenerse, se acumularan cada vez más, haciendo la pretensión de la salud un horizonte cada vez mas lejano. Eso si, podemos estar seguros que el mercado siempre encontrará como vendernos un nuevo boleto para al fin llevarnos a alcanzar este espejismo.


¿QUÉ HACER?


Ante este escenario, resultado de un desarrollo sistémico general, ¿qué nos queda por hacer de forma individual? Un acercamiento a una respuesta tiene que ser a la vez múltiple, para tomar en cuenta los niveles del problema, pero sencilla a la vez como para ofrecer una posible praxis individual.
Claramente no es una opción viable el simplemente rechazar las instituciones de sanación que existen, ya que nuestro cuerpo sin duda sufre de enfermedades y deterioros que nos limitan, e inclusive llegan a matarnos. Sin embargo, esto no significa que debamos autodefinirnos por estas mismas enfermedades. Es crítico desarrollar la conciencia que somos uno con nuestro cuerpo, y no porque este enfrente dificultades, nos convertimos por lo tanto en Enfermos.
También es importante comprender que la definición de bienestar es de una heterogeneidad tan diversa como el mismo número de individuos que existen. Así que la definición de salud debe de ser de la misma forma individual y propia. Podríamos decir que es casi un derecho básico del ser humano el determinar si considera que su cuerpo requiere ser intervenido.
Pero esto nos lleva a los puntos más críticos. Si cada persona debe convertirse en el responsable final de su propia salud, inclusive encontrar una definición propia del concepto, es necesario que tenga la información apropiada para poder tomar estas decisiones. Debe romperse el cerco informativo que nos impide conocer el funcionamiento de nuestros propio organismo, y desarrollarse una educación corporal mínima, para que nuestros cuerpos dejen de ser entes misteriosas. Esto también implica intervenir los lenguajes crípticos de la sanación, y la apertura de un discurso amplio en la sociedad sobre como funcionamos, y lo que cada uno considera prácticas sanas. Sólo de esta forma tendré la posibilidad de decidir que debo de hacer en caso de enfermedad, a quien debo recurrir, y principalmente, entenderé que mi cuerpo no es esta bomba de tiempo dentro de la cual me encuentro atrapado, sino que es parte de mí mismo. Entender que mi páncreas no es sólo in trozo de carne que en cualquier momento puede fallar y arruinarme la vida, a menos que Pfizer llegue al rescate, sino que mi páncreas soy yo.
Todo esto significa que como sociedad debemos de regresar al cuerpo al plano de la discusión, no como un producto a vender o a reparar, sino a entender y comprender, en toda su complejidad y diversidad. Esta es, después de todo, la ETICA al final del arcoiris.
Cuando recobremos control sobre nuestro cuerpo, no sólo lo recobraremos de un mercado de la salud que ha reificado el concepto de salud para después vendernos repintado lo que siempre debió ser nuestro. Sino que en ese mismo acto de empoderamiento rescataremos el cuerpo vendido en forma de mercancía o labor a un mercado ciego, y al rehumanizarlo, dejaremos al monstruo neoliberal sin alimento para seguir adelante.


Ignacio Madrazo Piña

viernes, 20 de junio de 2008

A la invención de enfermedades le llaman el márketing del miedo

gara. 11/06/2008


Ray Moynihan


Periodista y autor de «vendiendo enfermedades»


Este periodista australiano de 46 años es un referente mundial en la denuncia de la «invención» de enfermedades por la gran industria farmacéutica. Experto conocedor del negocio de la salud, removió cimientos con su best seller «Selling Sickness» (Vendiendo Enfermedades, 2005 ). En la última edición de la revista «PLoS Medicine» defiende que cada vez se cuestionan más esas «nuevas» patologías.



«Hace treinta años Henry Gadsden, director entonces de la compañía farmacéutica Merck, hizo unos comentarios sorprendentes y, en cierto modo, candorosos a la revista «Fortune». Dijo que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Aquel sueño se ha convertido en el motor de una imparable maquinaria comercial manejada por las industrias más rentables del planeta». Así comienza la presentación del libro en el que Moynihan describe las estrategias que utiliza cierto sector de la industria farmacéutica para ampliar el mercado de los medicamentos.


¿Qué definición haría usted de «enfermedad inventada»?


Así es, `inventada'. Lo estamos viendo con las mujeres, por ejemplo, con el tema de la disfunción sexual o en los niños con el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Pero, generalmente, yo prefiero hablar de `patrocinio de la enfermedad'. Es decir, las compañías farmacéuticas no crean las enfermedades, ni directamente sobrepasan esos límites, pero a menudo patrocinan las actividades de la medi- cina que están sumidas en este proceso de crear o vender enfermedades.
Porque no hablamos sólo de inventar o patrocinar enfermedades, sino también de hacer que cada vez más personas sean susceptibles de ser consideradas enfermas, rebajando, por ejemplo, los límites del colesterol o la tensión arterial.
Es correcto. Yo lo llamo `ampliar los límites de la enfermedad', es decir, bajan los baremos para que así las enfermedades o, mejor, el número de enfermos aumente. Por ejemplo, si se reducen las cifras anormales de presión arterial, mucha gente que estaba sana se despierta convertida en hipertensa, por lo que debe tomar medicamentos. O se convierten los síntomas en un problema de salud, como pasa con el colesterol. Nadie enferma de colesterol, porque es un factor de riesgo, pero lo tratan como si fuera una enfermedad. La realidad es que cada vez más gente está considerada como enferma. En cualquier caso, creo que es mejor hablar de la ampliación de las fronteras de la enfermedad, algo que está pasando en muchas enfermedades ya establecidas.


Pero, ¿cómo se patrocina una enfermedad?


Con la disfunción sexual femenina las grandes compañías farmacéuticas patrocinaron casi todas las reuniones de los `expertos' que lo definían como una nueva enfermedad. Algunos de aquellos `expertos' sugirieron que un 43% de las mujeres sufren esta `enfermedad', algo que es claramente absurdo.


¿O la osteoporosis?


Ése es un ejemplo muy importante, donde un `factor de riesgo' se ha convertido en causa de mortalidad y a millones de mujeres sanas se les ha hecho creer que están enfermas, cuando pueden no estarlo. Algunos lo han descrito como el «márketing del miedo».


¿O como la menopausia?


Otro ejemplo clásico, cuando ante lo que estamos es ante un proceso natural de la vida que se ha vendido a las mujeres como una enfermedad de deficiencia hormonal. Feministas y otros grupos fueron muy críticos con la medicalizacion de la menopausia.


¿Por qué las compañías farmacéuticas comenzaron a hacer negocio con este tipo de prácticas?


Las compañías farmacéuticas se interesan fundamentalmente por los beneficios masificados y eso, generalmente, significa ventas masificadas. A cuanta más gente puedas vender tus pastillas, mayores ventas. De este modo, si puedes vender tus pastillas a gente relativamente enferma, esto es un gran negocio. No es un fenómeno nuevo, aunque con las nuevas técnicas de márketing y el poder de estas corporaciones globales gigantescas, este problema se ha convertido en una amenaza para la salud pública.


¿Qué reflexión invitaría a hacer a los usuarios?


Que deberían ser escépticos con lo que digo, con lo que oyen en los medios de comunicación sobre las enfermedades y con lo que escuchan a sus médicos.


¿Y cree que la gente ha ido percibiendo este tipo de denuncias como la suya o la de Jörg Blech, autor de «Enfermedades inventadas»?


No estoy seguro de cómo responderle a esto. Creo que es otra gente la que debería juzgar el efecto que han causado estos libros. Pero sí creo que cada vez hay más gente que está al tanto de este tipo de críticas.


Usted ha asegurado en más de una ocasión que este tipo de prácticas de las farmacéuticas está poniendo en riesgo el sistema sanitario público.


Yo creo que el dinero que se gasta en tratar a la gente sana podría ser empleado en tratar o prevenir enfermedades genuinas y esto es lo realmente trágico en algunos casos donde el dinero escasea, y todo porque enfermedades benignas han sido medicalizadas y medicadas siguiendo unas campañas de márketing.



Joseba Vivanco

miércoles, 18 de junio de 2008

El negocio de la salud


La mayoría de la población cree que su salud está en buenas manos. Cree a pies juntillas lo que los organismos sanitarios nos dicen acerca de las enfermedades y de las diversas formas de combatirlas. Nos han adoctrinado a creer en dogmas que no pueden ser puestos en tela de juicio, pues los pocos que así lo han hecho han visto sus carreras profesionales arruinadas. La nueva Inquisición sanitaria, amparada por las multinacionales farmacéuticas, no permite que nadie pueda sacar a la luz sus negocios mafiosos y los oscuros intereses que se esconden detrás de sus infranqueables muros.
Han exterminado toda competencia. A los investigadores médicos se les “orienta” y los disidentes son encarcelados y sus voces reducidas al silencio. Los posibles productos alternativos naturales que pudieran hacerles la competencia han caído en sus manos gracias a la denominada legislación Codex de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a las patentes de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los gobiernos y los medios de comunicación se ocupan de influir sobre la población alimentando el miedo a la enfermedad. Se manipulan los genes, se patenta toda forma de vida, se comercia con órganos, se irradian alimentos, se pasteuriza la leche, se imponen obligatoriamente más de treinta vacunas desde la infancia… y mientras tanto los costes suben y las multinacionales se enriquecen a costa de nuestra salud y obligándonos a un silencio selectivo.
Detrás están las grandes corporaciones bancarias, políticos con enormes sumas de dinero invertidas en acciones de los laboratorios farmacéuticos, como es el caso de Donald Rumsfeld, antiguo secretario de Defensa de los EUA, accionista de la compañía farmacéutica Gilead, la creadora de Tamiflu para la gripe aviar. Robert Zoellick, a quién el propio George W. Bush propuso para presidir el Banco Mundial, ha sido un buen amigo de la industria farmacéutica, como se ha publicado. Associated Press difundió que Karl Rove, el asesor más poderoso de Bush, ya dimitido, tenía un cuarto de millón de dólares en acciones de la farmacéutica Johnson & Johnson. Como puso de manifiesto el periodista Miguel Jara, gracias a la Ley de Acceso a la Información de USA, sabemos qué compañías farmacéuticas ofrecen dinero a qué candidato electoral de aquel país cada vez que hay elecciones, y qué cantidad (enormes cantidades). Luego los ganadores devuelven los favores con leyes hechas a la medida de estas corporaciones o con decisiones que las favorecen. Además, el Gobierno de EUA actúa como representante comercial de las farmacéuticas estadounidenses en los foros globalizadores, como en las reuniones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en la que presiona a favor de las leyes internacionales de patentes. Hoy el dinero de los laboratorios farmacéuticos financia las campañas electorales en EUA y supone el 70% de los ingresos de la FDA, la agencia de medicamentos estadounidense, una institución pública.
Y en Europa ocurre algo parecido. Por ejemplo, en un Congreso Médico las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso. ¿Y quién designa a ese comité científico? Pues generalmente quien financia el evento: la industria farmacéutica. ¡Si, hoy son las multinacionales las que deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y qué se publica y expone en los congresos de medicina! El control es absoluto, una dictadura sanitaria que nos afecta a todos, incluso a los propios médicos que no tienen acceso a otra fuente de información que no sea la proporcionada por las industrias del sector.

El negocio de la salud

El dinero controla totalmente la Medicina. Y lo único que de verdad interesa a quienes manejan este negocio es ganar dinero. ¿Y cómo ganar más? Pues haciendo que la gente esté enferma… porque las personas sanas no generan ingresos. La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos que tengan que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas; medicamentos para aliviar el dolor, bajar la fiebre, disminuir la inflamación… pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia. Eso no es rentable, no interesa. La medicina actual está concebida para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre fármacos; si es posible, toda la vida. Y esto lo ratifican muchos médicos, como la Dra. Ghislaine Lanctôt, médica residente en Canadá a la que se le retiró la licencia para ejercer por oponerse a las manipulaciones de los multinacionales “farmafiosas” y denunciar todos estos atropellos. Ellos controlan absolutamente todo: medios de comunicación, organismos oficiales y la propia opinión pública. A quien se atreva a disentir se le difama públicamente, se le arruina su carrera profesional y se le aparta de la sociedad como a un paria.


Mártires de la "farmafia"

Nombres como Mirko Berljanski, que trabajó en el Instituto Pasteur de Francia bajo la tutela de un premio Nobel, o como el Dr. Duesberg, eminente investigador de inmunología de USA. A ambos se les cerró su laboratorio y se les prohibió seguir investigando otras alternativas al SIDA porque se alejaban de la “sacrosanta” verdad oficial. Los que quieren ayudarnos son condenados por charlatanes, y los verdaderos charlatanes, los mafiosos de la salud, gozan de todos los privilegios y se llenan los bolsillos a costa de nuestras enfermedades. Nuestro silencio ante esos atropellos nos mata y empobrece, además de ser un atentado a los derechos humanos.
La paradoja es que cuando un médico utiliza terapias alternativas o no convencionales se le acusa y lleva a los Tribunales por practicar “tratamientos no médicos”, pero cuando un terapeuta no médico utiliza las mismas terapias se le acusa de “ejercicio ilegal de la medicina”. ¡La más absoluta y delirante falta de lógica! Y detrás está apuntando a la nuca la difamación, como arma a utilizar contra los disidentes. En España, a cada momento, saltan a los medios de comunicación campañas de intoxicación y difamación contra las terapias o los productos naturistas, orquestadas y financiadas por los organismos sanitarios públicos y privados que a su vez son dirigidos por las multinacionales farmacéuticas. Vale recordar el caso acerca del Bio-Bac, con una intervención policial de alto nivel; ya podían usar la misma fuerza contra los carteles de la droga. Y todo eso para después demostrar que dicho producto natural era inocuo y había ayudado a aliviar el dolor y el sufrimiento a enfermos desahuciados de cáncer y otras enfermedades degenerativas. Más de una docena de médicos tratados como delincuentes y enjuiciados en los medios de comunicación para mayor escarnio público, y después…el silencio mediático.
En USA otro caso indignante fue el del Dr. Halstead, un médico de California de gran reputación al que se le retiró la licencia para ejercer e incluso ¡se le prohibió afirmar en público que había estudiado medicina! Cinco años de cárcel por tratar a algunos pacientes de cáncer con unas hierbas medicinales que se trajo de Japón. No hubo muertes ni denuncias por parte de sus pacientes. El crimen de este doctor fue apartarse de los tratamientos oficiales del cáncer: quimioterapia, radioterapia y cirugía. Se le ha prohibido incluso dirigir un Instituto de Investigaciones Oceanográficas que no tiene fines lucrativos ni relación con la medicina. ¡Viva la justicia!
En definitiva, y tal como denunció la Dra. Lanctôt, el llamado sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la salud. Una medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la mente, ni las emociones. Y que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo tipo.
El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la correa de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de inculcarle unos determinados conocimientos y de cerrarle los ojos a otras posibilidades. Posteriormente, en los hospitales y congresos médicos, se les refuerza en la idea de que la función del médico es curar y salvar vidas, de que la enfermedad y la muerte son fracasos que debe evitar a toda costa y de que la enseñanza recibida es la única válida. Además se les enseña que el médico no debe implicarse emocionalmente y que es un "dios" de la salud. De ahí que incluso exista caza de brujas entre los propios profesionales de la medicina. La medicina oficial, la "científica", no puede permitir que existan otras formas de curar que no sean serviles al sistema. Al paciente no se le deja elegir la forma en que quiere ser tratado, se le obliga y condiciona para que no se aparte de la senda oficialmente establecida.
Queridos lectores de equinoXio, no comulguemos con ruedas de molino. Exijamos el libre acceso a la información y a que respeten nuestras decisiones y la libertad de elección. Reflexionemos sobre los intereses que se nos ocultan y aprendamos a leer “entre líneas” y a ser críticos con la información que cotidianamente nos satura los sentidos. En otros artículos seguiremos hablando sobre estos temas, pues hay todavía mucho que decir.

Javier Akerman
equinoXio