viernes, 20 de junio de 2008

A la invención de enfermedades le llaman el márketing del miedo

gara. 11/06/2008


Ray Moynihan


Periodista y autor de «vendiendo enfermedades»


Este periodista australiano de 46 años es un referente mundial en la denuncia de la «invención» de enfermedades por la gran industria farmacéutica. Experto conocedor del negocio de la salud, removió cimientos con su best seller «Selling Sickness» (Vendiendo Enfermedades, 2005 ). En la última edición de la revista «PLoS Medicine» defiende que cada vez se cuestionan más esas «nuevas» patologías.



«Hace treinta años Henry Gadsden, director entonces de la compañía farmacéutica Merck, hizo unos comentarios sorprendentes y, en cierto modo, candorosos a la revista «Fortune». Dijo que su sueño era producir medicamentos para las personas sanas y así vender a todo el mundo. Aquel sueño se ha convertido en el motor de una imparable maquinaria comercial manejada por las industrias más rentables del planeta». Así comienza la presentación del libro en el que Moynihan describe las estrategias que utiliza cierto sector de la industria farmacéutica para ampliar el mercado de los medicamentos.


¿Qué definición haría usted de «enfermedad inventada»?


Así es, `inventada'. Lo estamos viendo con las mujeres, por ejemplo, con el tema de la disfunción sexual o en los niños con el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Pero, generalmente, yo prefiero hablar de `patrocinio de la enfermedad'. Es decir, las compañías farmacéuticas no crean las enfermedades, ni directamente sobrepasan esos límites, pero a menudo patrocinan las actividades de la medi- cina que están sumidas en este proceso de crear o vender enfermedades.
Porque no hablamos sólo de inventar o patrocinar enfermedades, sino también de hacer que cada vez más personas sean susceptibles de ser consideradas enfermas, rebajando, por ejemplo, los límites del colesterol o la tensión arterial.
Es correcto. Yo lo llamo `ampliar los límites de la enfermedad', es decir, bajan los baremos para que así las enfermedades o, mejor, el número de enfermos aumente. Por ejemplo, si se reducen las cifras anormales de presión arterial, mucha gente que estaba sana se despierta convertida en hipertensa, por lo que debe tomar medicamentos. O se convierten los síntomas en un problema de salud, como pasa con el colesterol. Nadie enferma de colesterol, porque es un factor de riesgo, pero lo tratan como si fuera una enfermedad. La realidad es que cada vez más gente está considerada como enferma. En cualquier caso, creo que es mejor hablar de la ampliación de las fronteras de la enfermedad, algo que está pasando en muchas enfermedades ya establecidas.


Pero, ¿cómo se patrocina una enfermedad?


Con la disfunción sexual femenina las grandes compañías farmacéuticas patrocinaron casi todas las reuniones de los `expertos' que lo definían como una nueva enfermedad. Algunos de aquellos `expertos' sugirieron que un 43% de las mujeres sufren esta `enfermedad', algo que es claramente absurdo.


¿O la osteoporosis?


Ése es un ejemplo muy importante, donde un `factor de riesgo' se ha convertido en causa de mortalidad y a millones de mujeres sanas se les ha hecho creer que están enfermas, cuando pueden no estarlo. Algunos lo han descrito como el «márketing del miedo».


¿O como la menopausia?


Otro ejemplo clásico, cuando ante lo que estamos es ante un proceso natural de la vida que se ha vendido a las mujeres como una enfermedad de deficiencia hormonal. Feministas y otros grupos fueron muy críticos con la medicalizacion de la menopausia.


¿Por qué las compañías farmacéuticas comenzaron a hacer negocio con este tipo de prácticas?


Las compañías farmacéuticas se interesan fundamentalmente por los beneficios masificados y eso, generalmente, significa ventas masificadas. A cuanta más gente puedas vender tus pastillas, mayores ventas. De este modo, si puedes vender tus pastillas a gente relativamente enferma, esto es un gran negocio. No es un fenómeno nuevo, aunque con las nuevas técnicas de márketing y el poder de estas corporaciones globales gigantescas, este problema se ha convertido en una amenaza para la salud pública.


¿Qué reflexión invitaría a hacer a los usuarios?


Que deberían ser escépticos con lo que digo, con lo que oyen en los medios de comunicación sobre las enfermedades y con lo que escuchan a sus médicos.


¿Y cree que la gente ha ido percibiendo este tipo de denuncias como la suya o la de Jörg Blech, autor de «Enfermedades inventadas»?


No estoy seguro de cómo responderle a esto. Creo que es otra gente la que debería juzgar el efecto que han causado estos libros. Pero sí creo que cada vez hay más gente que está al tanto de este tipo de críticas.


Usted ha asegurado en más de una ocasión que este tipo de prácticas de las farmacéuticas está poniendo en riesgo el sistema sanitario público.


Yo creo que el dinero que se gasta en tratar a la gente sana podría ser empleado en tratar o prevenir enfermedades genuinas y esto es lo realmente trágico en algunos casos donde el dinero escasea, y todo porque enfermedades benignas han sido medicalizadas y medicadas siguiendo unas campañas de márketing.



Joseba Vivanco

miércoles, 18 de junio de 2008

El negocio de la salud


La mayoría de la población cree que su salud está en buenas manos. Cree a pies juntillas lo que los organismos sanitarios nos dicen acerca de las enfermedades y de las diversas formas de combatirlas. Nos han adoctrinado a creer en dogmas que no pueden ser puestos en tela de juicio, pues los pocos que así lo han hecho han visto sus carreras profesionales arruinadas. La nueva Inquisición sanitaria, amparada por las multinacionales farmacéuticas, no permite que nadie pueda sacar a la luz sus negocios mafiosos y los oscuros intereses que se esconden detrás de sus infranqueables muros.
Han exterminado toda competencia. A los investigadores médicos se les “orienta” y los disidentes son encarcelados y sus voces reducidas al silencio. Los posibles productos alternativos naturales que pudieran hacerles la competencia han caído en sus manos gracias a la denominada legislación Codex de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y a las patentes de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Los gobiernos y los medios de comunicación se ocupan de influir sobre la población alimentando el miedo a la enfermedad. Se manipulan los genes, se patenta toda forma de vida, se comercia con órganos, se irradian alimentos, se pasteuriza la leche, se imponen obligatoriamente más de treinta vacunas desde la infancia… y mientras tanto los costes suben y las multinacionales se enriquecen a costa de nuestra salud y obligándonos a un silencio selectivo.
Detrás están las grandes corporaciones bancarias, políticos con enormes sumas de dinero invertidas en acciones de los laboratorios farmacéuticos, como es el caso de Donald Rumsfeld, antiguo secretario de Defensa de los EUA, accionista de la compañía farmacéutica Gilead, la creadora de Tamiflu para la gripe aviar. Robert Zoellick, a quién el propio George W. Bush propuso para presidir el Banco Mundial, ha sido un buen amigo de la industria farmacéutica, como se ha publicado. Associated Press difundió que Karl Rove, el asesor más poderoso de Bush, ya dimitido, tenía un cuarto de millón de dólares en acciones de la farmacéutica Johnson & Johnson. Como puso de manifiesto el periodista Miguel Jara, gracias a la Ley de Acceso a la Información de USA, sabemos qué compañías farmacéuticas ofrecen dinero a qué candidato electoral de aquel país cada vez que hay elecciones, y qué cantidad (enormes cantidades). Luego los ganadores devuelven los favores con leyes hechas a la medida de estas corporaciones o con decisiones que las favorecen. Además, el Gobierno de EUA actúa como representante comercial de las farmacéuticas estadounidenses en los foros globalizadores, como en las reuniones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), en la que presiona a favor de las leyes internacionales de patentes. Hoy el dinero de los laboratorios farmacéuticos financia las campañas electorales en EUA y supone el 70% de los ingresos de la FDA, la agencia de medicamentos estadounidense, una institución pública.
Y en Europa ocurre algo parecido. Por ejemplo, en un Congreso Médico las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso. ¿Y quién designa a ese comité científico? Pues generalmente quien financia el evento: la industria farmacéutica. ¡Si, hoy son las multinacionales las que deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y qué se publica y expone en los congresos de medicina! El control es absoluto, una dictadura sanitaria que nos afecta a todos, incluso a los propios médicos que no tienen acceso a otra fuente de información que no sea la proporcionada por las industrias del sector.

El negocio de la salud

El dinero controla totalmente la Medicina. Y lo único que de verdad interesa a quienes manejan este negocio es ganar dinero. ¿Y cómo ganar más? Pues haciendo que la gente esté enferma… porque las personas sanas no generan ingresos. La estrategia consiste, en suma, en tener enfermos crónicos que tengan que consumir todo tipo de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas; medicamentos para aliviar el dolor, bajar la fiebre, disminuir la inflamación… pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia. Eso no es rentable, no interesa. La medicina actual está concebida para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre fármacos; si es posible, toda la vida. Y esto lo ratifican muchos médicos, como la Dra. Ghislaine Lanctôt, médica residente en Canadá a la que se le retiró la licencia para ejercer por oponerse a las manipulaciones de los multinacionales “farmafiosas” y denunciar todos estos atropellos. Ellos controlan absolutamente todo: medios de comunicación, organismos oficiales y la propia opinión pública. A quien se atreva a disentir se le difama públicamente, se le arruina su carrera profesional y se le aparta de la sociedad como a un paria.


Mártires de la "farmafia"

Nombres como Mirko Berljanski, que trabajó en el Instituto Pasteur de Francia bajo la tutela de un premio Nobel, o como el Dr. Duesberg, eminente investigador de inmunología de USA. A ambos se les cerró su laboratorio y se les prohibió seguir investigando otras alternativas al SIDA porque se alejaban de la “sacrosanta” verdad oficial. Los que quieren ayudarnos son condenados por charlatanes, y los verdaderos charlatanes, los mafiosos de la salud, gozan de todos los privilegios y se llenan los bolsillos a costa de nuestras enfermedades. Nuestro silencio ante esos atropellos nos mata y empobrece, además de ser un atentado a los derechos humanos.
La paradoja es que cuando un médico utiliza terapias alternativas o no convencionales se le acusa y lleva a los Tribunales por practicar “tratamientos no médicos”, pero cuando un terapeuta no médico utiliza las mismas terapias se le acusa de “ejercicio ilegal de la medicina”. ¡La más absoluta y delirante falta de lógica! Y detrás está apuntando a la nuca la difamación, como arma a utilizar contra los disidentes. En España, a cada momento, saltan a los medios de comunicación campañas de intoxicación y difamación contra las terapias o los productos naturistas, orquestadas y financiadas por los organismos sanitarios públicos y privados que a su vez son dirigidos por las multinacionales farmacéuticas. Vale recordar el caso acerca del Bio-Bac, con una intervención policial de alto nivel; ya podían usar la misma fuerza contra los carteles de la droga. Y todo eso para después demostrar que dicho producto natural era inocuo y había ayudado a aliviar el dolor y el sufrimiento a enfermos desahuciados de cáncer y otras enfermedades degenerativas. Más de una docena de médicos tratados como delincuentes y enjuiciados en los medios de comunicación para mayor escarnio público, y después…el silencio mediático.
En USA otro caso indignante fue el del Dr. Halstead, un médico de California de gran reputación al que se le retiró la licencia para ejercer e incluso ¡se le prohibió afirmar en público que había estudiado medicina! Cinco años de cárcel por tratar a algunos pacientes de cáncer con unas hierbas medicinales que se trajo de Japón. No hubo muertes ni denuncias por parte de sus pacientes. El crimen de este doctor fue apartarse de los tratamientos oficiales del cáncer: quimioterapia, radioterapia y cirugía. Se le ha prohibido incluso dirigir un Instituto de Investigaciones Oceanográficas que no tiene fines lucrativos ni relación con la medicina. ¡Viva la justicia!
En definitiva, y tal como denunció la Dra. Lanctôt, el llamado sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la salud. Una medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la mente, ni las emociones. Y que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo tipo.
El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la correa de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de inculcarle unos determinados conocimientos y de cerrarle los ojos a otras posibilidades. Posteriormente, en los hospitales y congresos médicos, se les refuerza en la idea de que la función del médico es curar y salvar vidas, de que la enfermedad y la muerte son fracasos que debe evitar a toda costa y de que la enseñanza recibida es la única válida. Además se les enseña que el médico no debe implicarse emocionalmente y que es un "dios" de la salud. De ahí que incluso exista caza de brujas entre los propios profesionales de la medicina. La medicina oficial, la "científica", no puede permitir que existan otras formas de curar que no sean serviles al sistema. Al paciente no se le deja elegir la forma en que quiere ser tratado, se le obliga y condiciona para que no se aparte de la senda oficialmente establecida.
Queridos lectores de equinoXio, no comulguemos con ruedas de molino. Exijamos el libre acceso a la información y a que respeten nuestras decisiones y la libertad de elección. Reflexionemos sobre los intereses que se nos ocultan y aprendamos a leer “entre líneas” y a ser críticos con la información que cotidianamente nos satura los sentidos. En otros artículos seguiremos hablando sobre estos temas, pues hay todavía mucho que decir.

Javier Akerman
equinoXio

Tres psiquiatras de Harvard, investigados por cobros millonarios de la industria farmacéutica

ELMUNDO.ES
MADRID. 09/06/2008- Al doctor Thomas Spencer, de la Universidad de Harvard, se le 'olvidó' mencionar que entre 2000 y 2007 cobró un millón de dólares procedente de compañías farmacéuticas en concepto de asesor y consultor. Sus colegas Joseph Biederman y Timothy Wilens, psiquiatras como él, pasaron por alto otros 1,6 millones de dólares cuando hicieron balance de sus posibles conflictos de intereses. Una investigación del Senado de EEUU que acaba de hacer pública el diario
'The New York Times' ha desatado el escándalo.
Los tres especialistas de Harvard (la prestigiosa universidad estadounidense), que ejercen además en el Hospital General de Massachusetts, incumplieron reiteradamente las normas internas de su universidad y la normativa federal diseñada para informar de los conflictos de interés entre investigadores y empresas privadas. Los Institutos Nacionales de Salud de EEUU obligan a que se declare cualquier pago superior a 10.000 dólares al año por asesorar a fabricantes de fármacos.
Ahora, una investigación del senador republicano Charles Grassley acaba de desvelar las incongruencias entre las cantidades que ellos declaraban recibir y las que se embolsaron realmente. Y a pesar de las cifras conocidas este fin de semana, Grassley no descarta que las diferencias puedan ser aún mayores, debido a las disparidades que ha hallado en la información obtenida de los ficheros de algunos laboratorios.
Antipsicóticos para niños
Uno de los implicados en este conflicto, el doctor Biederman, es un viejo conocido de la psiquiatría mundial debido a su firme defensa del tratamiento farmacológico para los niños con trastorno bipolar. Esta postura le ha llevado incluso a defender el uso de fármacos psiquiátricos para estos pequeños aunque no estuviesen aún aprobados para este uso por las autoridades sanitarias.
La prensa de EEUU considera que su empeño en abordar este trastorno pediátrico (caracterizado por los cambios bruscos de humor de los niños) está detrás de que el número de diagnósticos
se haya multiplicado por 40 entre 1994 y 2003; con el consiguiente aumento del uso de fármacos para hacer frente a esas 'crisis' infantiles. Se calcula que en 2007 unos 500.000 menores recibieron al menos un antipsicótico; de ellos, 20.500 tenían menos de seis años.
La investigación ha llevado al senador Grassley a solicitar un nuevo sistema nacional para hacer públicas las relaciones monetarias entre científicos y empresas. Un sistema, añade, que no esté basado únicamente en el honor y en la confianza, sino que permita de alguna manera verificar las cifras. "Si alguien me dijese ahora que ha recibido 80.000 dólares de una compañía farmacéutica no tendría ni siquiera manera de comprobarlo", admite el decano de la Universidad de Yale, Robert Alpern.
Un portavoz de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU, John Burklow, ya ha asegurado que si se confirma esta violación de la legislación, "se tomarán las medidas adecuadas". Los científicos implicados en este fraude también recibieron importantes cantidades para sus estudios procedentes de organismos públicos, un dinero que ahora podría serles retirado o suspendido.
"Mi único interés ha sido el avance de los tratamientos médicos a través del estudio serio y riguroso", se ha defendido Biederman en un correo electrónico enviado al New York Times. Por el contrario, muchos colegas temen que sus trabajos (publicados entre 2001 y 2006) han servido para expandir innecesariamente la definición y los síntomas del trastorno bipolar a muchos niños que, simplemente, no están enfermos.

Detenidos en Italia 13 médicos de una clínica privada que realizaban intervenciones innecesarias

El país.com
AGENCIAS - Roma - 09/06/2008
La Guardia di Finanza italiana (policía fiscal) ha detenido a 13 médicos y al propietario de la clínica privada Santa Rita de Milán bajo las acusaciones de estafa contra la sanidad pública y en algunos casos de homicidio voluntario agravado. Dos de los detenidos han sido encarcelados, mientras que el resto ha sido puesto bajo arresto domiciliario.
De acuerdo a los investigadores, en la clínica, que estaba subvencionada por la Seguridad Social, se falsificaban los historiales de los pacientes para aumentar los reembolsos estatales, que en los últimos años habrían llegado a los dos millones y medio de euros. En el departamento de Cirugía de Tórax se efectuaron intervenciones inútiles e inexplicables a decenas de pacientes que no necesitaban ser operados. Por ello, algunos de los facultativos detenidos están acusados de cinco casos de homicidio voluntario agravado, además de ocasionar unos 90 episodios de lesiones graves, según la Fiscalía.
En la clínica de los horrores, como ha sido denominada Santa Rita por los medios de comunicación italianos, también se han producido una decena de casos de pacientes con tuberculosis, a quienes se decidió sin motivo valido extirpar un pulmón.
En otro de los casos citados por los medios locales, a una chica de 18 años se la sometió a una mastectomía radical, cuando habría bastado la extirpación de algunos nódulos. A las detenciones se ha llegado a través de escuchas telefónicas entre los médicos de la estructura sanitaria en las que afirmaban "que era necesario operar lo más posible para aumentar los beneficios", informó el coronel de Cesare Marangoni.

Gimnasia cerebral vs. deterioro intelectual





Leer, aprender alguna actividad artística o deportiva y resolver problemas matemáticos son recursos que nos ayudan a desarrollar habilidades mentales, pero también pueden ser de gran utilidad para evitar o retrasar el avance de padecimientos que generan pérdida de memoria.
Si hay algo que nos distingue a los seres humanos es, sin duda, el hecho de que contamos con amplio desarrollo en nuestra inteligencia, memoria y capacidad de raciocinio, y gracias a ello hemos sido capaces de modificar nuestro entorno, organizar complejas sociedades y crear innumerables manifestaciones culturales, artísticas o tecnológicas.
Empero, estas facultades mentales no están libres de amenaza y es sabido que pueden sufrir deterioro considerable debido a enfermedades como el mal de Alzheimer (pérdida de memoria y alteraciones en la conducta y el pensamiento que impiden la realización de actividades diarias) o demencia vascular (muerte o infarto del tejido neuronal por interrupción en el suministro de nutrientes, sea por ruptura o taponamiento de las vías sanguíneas), pero también porque hacemos poco por ejercitarlas debidamente.
Por fortuna, la Medicina ha descubierto varios recursos que ayudan a contrarrestar esta situación y que se encuentran al alcance de todos.
La gimnasia cerebral es uno de ellos y, “aunque tiene un nombre rimbombante, en realidad es algo muy sencillo, pues se refiere a una serie de y métodos que tienen la finalidad de mantener activo al cerebro.
El motivo es simple: se ha demostrado que entre más se utilice este órgano, la posibilidad de que se presenten fallas en sus funciones disminuye”, indica el Dr. Carlos Cuevas García, jefe del servicio de Neurología del Hospital Regional No. 1, Gabriel Mancera, del Instituto Mexicano del Seguro Social, ubicado en la Ciudad de México.
En opinión del especialista, quien también se desempeña como neurólogo en el hospital Ángeles de Pedregal, también en el D. F., las investigaciones que se han realizado en distintos países para descubrir cuál es el perfil de los pacientes que padecen enfermedades que ocasionan deterioro de las facultades mentales (demencias), han encontrado que, por ejemplo, quienes cuentan con estudios universitarios o tienen actividad cerebral constante presenta mal de Alzheimer con menos frecuencia, o al menos tardan más en presentar síntomas.
Así, las conclusiones hasta el momento son claras e indican que “las funciones mentales que nos hacen distintos a otros seres vivos, como lenguaje, juicio, raciocinio, memoria, abstracción, concentración o capacidad de cálculo, pueden afectarse cuando no se utilizan, y precisamente son estas cualidades las que tratamos de estimular a través de la gimnasia cerebral”.
Vamos neurona, ponte en movimiento Por principio de cuentas, el Dr. Cuevas García explica que el funcionamiento del cerebro se basa en la creación de “caminos” capaces de conducir señales eléctricas.
“Para levantar una mano, pensar, pronunciar palabras y realizar cualquier actividad se necesita que las neuronas se conecten unas con otras (formen sinapsis) hasta establecer circuitos”.
Esta actividad es visible mediante una tomografía por emisión de positrones, método de medicina nuclear que permite visualizar la actividad celular.
Para llevar a cabo esta observación, “se inyecta un radiomarcador (sustancia radiactiva que se une a los transmisores o sustancias con que se comunican las neuronas) y seguimos su desplazamiento gracias a un dispositivo especial (gammacámara).
De este modo, cuando le pedimos a la persona que realice alguna actividad, como ver una fotografía, mover las manos o hablar, descubriremos en las imágenes del monitor cómo se van ‘iluminando’ distintas regiones del cerebro, que son los circuitos neuronales”.
El especialista detalla que en teoría empleamos sólo 10% del cerebro, en tanto que el otro 90% lo usamos muy poco.
“Casi todas las personas realizan sus actividades con una sola mano (peinarse, escribir, marcar el teléfono, firmar) e ignoran a su otra extremidad.
Un diestro se da cuenta fácilmente de que al escribir con la izquierda su capacidad es diferente, pues ha desarrollado lo que llamamos lateralidad, es decir, su actividad neuronal se centra en un hemisferio cerebral”.
De esta manera, lo que busca la gimnasia cerebral es poner en actividad aquellas partes del cerebro que normalmente no usamos, a fin de crear nuevas conexiones o sinapsis.
“El objetivo es aprovechar una cualidad que conocemos desde hace tiempo: la plasticidad.
Los pacientes que sufren un infarto cerebral suelen presentar como consecuencia una disfuncionalidad, entre ellas, dificultad para hablar o mover un brazo.
Sin embargo, mediante rehabilitación es posible alcanzar un nivel de recuperación de hasta 70 u 80%, lo cual se debe a que las neuronas de la zona afectada mueren, pero su función es suplida por todas las que hay alrededor.
Por ello decimos que el cerebro puede reinventarse”.
En resumen, el Dr. Carlos Cuevas comenta que “la realización de actividades que no hacemos comúnmente, como escribir con la mano que no es la dominante, es suficiente para estimular al cerebro.
También lo es resolver crucigramas o “sopa de letra”, jugar ajedrez o cartas, aprender un idioma o leer el periódico en voz alta y comentarlo con alguien más.
Todo esto se ve muy sencillo, pero es la base de la gimnasia cerebral”.
No sólo de ideas vive el cerebro Aunque el neurólogo explica que las personas con 50 años o más son uno de los grupos más beneficiados por las técnicas para ejercitar la actividad neuronal, cualquier edad es buena para llevarlas a cabo.
“Lo importante es que se recurra a todo lo que sea aprender y adquirir habilidades nuevas.
Por ejemplo, médicos, abogados y quienes usan mucho el pensamiento lógico pueden recurrir a actividades artísticas, como pintar y declamar; en cambio, quienes se dedican a la música u otras disciplinas relacionadas con la sensibilidad, deben ejercitarse con labores matemáticas, sistematizadas y lógicas”.
Al preguntarle sobre las numerosas publicaciones que existen en el mercado sobre este tema, el Dr. Cuevas menciona que los sistemas que exponen son parecidos y, por lo general, confiables.
En este sentido, menciona que “Luz María Ibarra, quien es especialista en programación neurolingüística (estudio de los procesos mentales del individuo que proporciona herramientas ideales para optimizar sus capacidades), escribió un libro con un programa de trabajo muy esquemático, pero fácil de realizar, en el que se pide a la persona que cumpla con determinadas metas en cierto tiempo.
Por ejemplo, se le sugiere que un día se peine con la mano que no es dominante, en otro que se lave los dientes, y así continúe paso a paso en su objetivo.
Sin embargo, cabe destacar que la efectividad de éste método y de cualquier otro (puede encontrarse en una página de internet o ser sugerido por un médico) dependerá de la constancia del practicante”.
El Dr. Cuevas García agrega que existen otros recursos para mejorar la actividad neuronal, tales como estimular los sentidos (la piel es el órgano más perceptivo de todo el cuerpo) o practicar ejercicio de manera regular (mejora la coordinación de movimientos, el equilibrio y otras funciones).
Asimismo, el neurólogo recuerda que el buen desempeño de las facultades mentales también se relaciona con los hábitos de vida y no sólo con ejercicios de aprendizaje.
“Las evidencias muestran que lo más prudente es llevar una vida ordenada, porque a fin de cuentas el cuerpo nos cobra todo aquello que hemos hecho mal.
Quien se alimenta adecuadamente, hace ejercicio y no fuma ni toma alcohol, tiene mejor irrigación de sangre al cerebro, pero la gente con presión arterial elevada, obesidad o diabetes (altos niveles de azúcar en sangre) presentará daño en su sistema circulatorio y, por ende, su labor no va a ser tan fácil a pesar de la gimnasia cerebral”.



Finalmente, el especialista indica que la expectativa de vida en nuestros días es mayor que en generaciones anteriores, y ello es motivo suficiente para que la gente reflexione sobre la importancia de mantener una actividad cerebral constante que le permita gozar una vejez plena.
“Tenemos un problema de educación, ya que en otros países las personas de 70 u 80 años se mantienen activas, mientras que en México vemos a nuestros ancianos en casa, sentados, obesos, sólo esperando a ver qué pasa.
La gimnasia cerebral es buena alternativa para que ellos estén mejor, e incluso para que la practiquen los adultos más jóvenes, pues aunque lleguen a pensar que no tiene caso que ejerciten sus redes neuronales, algún día lo van a necesitar, ya que un órgano que no se utiliza, se atrofia”, concluye el Dr. Cuevas García.
Rafael Mejía