jueves, 22 de enero de 2009

El Gobierno español tramita nuevos ensayos con transgénicos peligrosos para la salud

Rebelión.-
El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino ha sacado a información pública 11 solicitudes de campos experimentales de maíz transgénico de las empresas Monsanto, Pioneer y Procase en un total de 67 municipios de todo el país [1]. Entre estas solicitudes, se encuentran las de nuevos ensayos al aire libre con transgénicos con demostrados daños a la salud. La liberación al medio ambiente de transgénicos experimentales supone un grave peligro para el medio ambiente y la salud pública. Y seguir experimentando con maíces modificados genéticamente con potenciales daños para la salud no tiene justificación posible. Amigos de la Tierra ha presentado alegaciones a todas las solicitudes para que sean denegadas.
Un año más, las multinacionales de los transgénicos han solicitado realizar ensayos con transgénicos en campos experimentales al aire libre. 67 municipios de Andalucía, Aragón, Castilla – La Mancha, Castilla y León, Madrid, Extremadura, Navarra, Galicia y Cataluña pueden albergar nuevos ensayos de organismos modificados genéticamente cuyos posibles daños para la salud y el medio ambiente no han sido evaluados en una superficie total de más de 500.000 metros cuadrados.
David Sánchez, responsable de agricultura y alimentación de Amigos de la Tierra afirmó: “Se ha demostrado muchas veces que es imposible controlar la dispersión del polen de estas plantas transgénicas, que pueden contaminar cultivos destinados a la alimentación incluso a kilómetros de distancia. El riesgo para la salud pública es evidente.”
Una de las variedades de maíz transgénico para las que se ha vuelto a solicitar autorización (NK603xMON810) ha sido el centro de la polémica los últimos meses al haberse descubierto que su consumo plantea graves riesgos para la salud. Un estudio, patrocinado por el Gobierno de Austria, concluyó que los ratones alimentados con este maíz transgénico tuvieron menos descendencia que los alimentados con maíz no transgénico. Y que este efecto se puede atribuir a la diferente alimentación [2].
“Intentar seguir cultivando variedades con demostrados daños a la salud es una muestra más de la poca ética de estas empresas. Y sería una irresponsabilidad imperdonable por parte del Gobierno seguir favoreciendo los intereses de estas multinacionales por encima de la salud pública y autorizar estos nuevos ensayos” añadió Sánchez.
Para más información:
Teresa Rodríguez Pierrard, Prensa de Amigos de la Tierra: 680 936 327 – 913069900
David Sánchez Carpio, Responsable del Área de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra, 913069921 – 691471389
Notas:
[1] Se pueden consultar las solicitudes presentadas por las empresas en la web del Ministerio
http://www.mma.es/portal/secciones/participacion_publica/calidad_contaminacion/liberac_procedimiento.htm
Un listado de los municipios afectados está disponible en:
http://www.tierra.org/spip/IMG/pdf/Localizacion_ensayos_maiz_transgenico_09.pdf
[2] Más información y el estudio científico completo en:
http://www.tierra.org/spip/spip.php?article666

Operación plomo impune



Brecha/insurgente.-


Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos. Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso.


Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes.


Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones, en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador.


Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.


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Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelita usurpó. Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina.


Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa. Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo, en legítima defensa.


No hay guerra agresiva que no diga ser guerra defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera Alemania.


Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los palestinos al acecho.


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Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros.


¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con eta, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar al ira.


¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?


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El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror. Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario de otras guerras imperiales.


En Gaza, de cada diez daños colaterales, tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando exitosamente en esta operación de limpieza étnica. Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.


Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación, que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.


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La llamada comunidad internacional, ¿existe?


¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que Estados Unidos se pone cuando hace teatro?


Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas rinden tributo a la sagrada impunidad. Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos.


Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos. La vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que otra lágrima, mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas y que nunca fueron, ni son, antisemitas.


Ellos están pagando, en sangre contante y sonante, una cuenta ajena.


(Este artículo está dedicado a mis amigos judíos asesinados por las dictaduras latinoamericanas que Israel asesoró.)


Eduardo Galeano
*Carta a Eduardo Galeano

viernes, 9 de enero de 2009

Tragedia sanitaria en Gaza

La OMS denuncia que los servicios médicos están al borde del colapso.
Médicos y heridos tienen dificultades para llegar hasta los hospitales.


elmundo.es
MADRID.- Por si las bombas israelíes no fuesen una amenaza lo suficientemente real, los palestinos de la Franja de Gaza se enfrentan a otro peligro: una crisis sanitaria sin precedentes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que los servicios de salud en territorio palestino están "al borde del colapso" si no se hace nada inmediatamente; a las carencias de los hospitales se suma la interrupción de los programas de vacunación y el riesgo de epidemias.
La agencia sanitaria de Naciones Unidas habla ya de 680 víctimas mortales. De ellas, 85 mujeres, 218 niños y 21 sanitarios, alcanzados por el fuego hebreo. Los misiles israelíes han alcanzado también a 11 ambulancias o clínicas móviles desde que comenzaran los ataques el pasado 27 de diciembre, y el miedo empieza a cundir entre médicos y enfermeros, ya de por sí exahustos.
Muchos de estos sanitarios, recuerda la
OMS, llevan trabajando varios días en turnos de 24 horas para poder atender a todos los heridos que van llegando a los hospitales. Hospitales que, por otra parte, llevan más de cinco días funcionando gracias a generadores eléctricos, debido a los cortes constantes en el suministro eléctrico.
Los heridos son dados de alta tan pronto como es posible para dejar su cama libre a la próxima víctima que llega, aunque aún así faltan plazas y no hay suficientes unidades de cuidados intensivos ni quirófanos en los que operar. En total, sólo 29 de los 56 centros médicos de Gaza que controla el ministerio de Sanidad palestino están funcionando estos días, en su mayoría con graves interrupciones del servicio. Muchos de los médicos tienen incluso dificultades para llegar a su lugar de trabajo por las restricciones de movimiento impuestas en territorio palestino; a pesar de que Naciones Unidas trata de coordinar con Israel pasajes seguros para el personal sanitario entre las diferentes zonas de Gaza.


Sin medicinas básicas
Los seis quirófanos del hospital d'Al Shifa, por ejemplo, funcionan al máximo de su capacidad, y según explica Cécile Barbou, coordinadora médica de
Médicos Sin Fronteras en Gaza, llegan a practicar dos operaciones al mismo tiempo en cada uno de ellos. En los 10 primeros días de ataques, este centro ha realizado más de 300 intervenciones quirúrgicas. Además, los servicios de calefacción se han apagado para ahorrar combustible y el gas para cocinar escasea.
Las mujeres tampoco pueden acudir a los servicios de atención neonatal, porque la falta de electricidad impide hacerles las ecografías de control durante el embarazo, recuerda por su parte
la oficina de la OMS para los territorios palestinos ocupados. Y ya antes del inicio de las hostilidades, el ministerio palestino de Sanidad reconocía carencia total de 105 fármacos de una lista de más de 300 medicamentos esenciales, entre ellos la insulina para la diabetes, algunos quimioterápicos contra el cáncer, antihipertensivos, antibióticos o anestésicos.
La OMS denuncia que los suministros de medicinas que necesitan los palestinos "se amontonan" en las fronteras de la Franja, "y no hay suficientes camiones que puedan distribuirlos debido a la falta de infraestructuras y de seguridad". Organizaciones no gubernamentales también han denunciado que la tregua de tres horas decretada por el ejército israelí desde ayer es insuficiente para facilitar la distribución de medicinas y alimentos.


Dificultades de movilidad
Mientras continúan las restricciones de entrada de personal y de materiales en la Franja de Gaza, Médicos Sin Fronteras considera que el paro temporal de los bombardeos puede mejorar el acceso de los heridos a las estructuras de salud, los movimientos del personal humanitario y el aprovisionamiento en productos de primera necesidad (gasolina, comida, material sanitario y medicamentos). "Sin embargo, estas medidas paciales, destinadas a calmar a la opinión pública internacional, no tienen efecto sobre la violencia directa y masiva que sufe la población", constata la doctora Marie Pierre Allié, presidenta de MSF.
La OMS, subraya en este sentido que los intensos bombardeos aéreos dificultan la movilidad de los heridos y de los servicios médicos; mientras que impide la evacuación de los casos más graves fuera de la Franja ("no sólo por inseguridad, sino también por las restricciones y el cierrre de las fronteras").
Otra de las preocupaciones que tienen ahora en mente las autoridades sanitarias internacionales es la posible aparición de brotes epidémicos; tanto por las carencias de higiene y agua potable como por la interrupción de los programas de vacunación (tanto de niños como de adultos) debido a los bombardeos.
"Según la
Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), los ataques israelíes han causado más de 13.000 desplazamientos, y si las hostilidades no cesan este número puede aumentar", advierte la OMS.